Borges y la disputa

Introducción
La polémica es el arte que enseña los ardides con que se debe ofender y defender cualquier plaza. 1Arte que Jorge Luis Borges parece dominar a la perfección en toda su obra, no sólo en sus ensayos dónde se instalan diferentes tipos de disputas de manera abierta, como con la literatura gauchesca2, sino la controversia es inmanente a todos sus discursos, en donde el uso de figurasretóricas como el oxímoron hasta el mismo degeneramiento de los géneros literarios son recursos para lograr en el lector lo que los formalistas rusos llamarían ostranenie3, el efecto de extrañamiento que genera la mezcla de datos inventados y reales hacen poner en duda al lector desprevenido sobre la naturaleza del escrito, es decir, si se trata de un cuento o un ensayo.
Durante este trabajo seintentará demostrar cómo Borges, mediante el manejo de recursos literarios contradictorios y lo que él mismo llama la inversión incondicional de los términos4, inclina la balanza hacia su argumento y persuade a su interlocutor distanciándolo del lugar común al que éste se encuentra acostumbrado.
Para este fin, se analizará a continuación uno de sus más celebres relatos Tres versiones de Judas5, elcual se encuentra en el libro Ficciones.



Contrastación
Las figuras lógicas como el oxímoron, la antítesis, la cohabitación y la paradoja, si bien son elementos recurrentes en la literatura borgeana, no nos deben pasar desapercibidas. Todas ellas se corresponden a un fin mayor: el de generar desorientación en el lector. En el caso de Tres versiones de Judas, esta desorientación deberá calarhondamente en el intérprete, ya que lo que este texto propone es un cambio abrupto de roles entre el bien y el mal, entre Judas y Jesús.
No es casual que el cuento empiece con una ubicación de espacio y tiempo: “En el Asia Menor o en Alejandría, en el siglo II de nuestra fe […]6” de este modo, Borges hace hincapié en la importancia de Jesús y el dogma cristiano, al someter el tiempo –siglo II-al capricho de la fe. La forma en la que modifican la vida incluso a aquellos que no profesan el cristianismo o creencia alguna.
Luego continúa:
“[…] cuando Basílides publicaba que el cosmos era una temeraria o malvada improvisación de ángeles deficientes, Nils Runenberg hubiera dirigido, con singular pasión intelectual, uno de los conventículos gnósticos. Dante le hubiera destinado, tal vez, unsepulcro de fuego; su nombre aumentaría los catálogos herersiarcas menores, entre Satornilo y Carpócrates; algún fragmento de sus prédicas, exornado de injurias, perduraría en el apócrifo Liber adversus omnes haereses o habría perecido cuando el incendio de una bibliotexa monástica devoró el último ejemplar del Syntagma. En cambio, Dios le deparó el siglo xx y la ciudad universitaria de Lund.[…]7”
Aparecen ya aquí, ciertos aspectos contradictorios que invitan al lector a adentrarse en tierras no tan firmes: datos verdaderos mezclados con nombres inventados que hacen dubitar en la lectura superflua; frases como “improvisación de ángeles deficientes8”, el oxímoron “pasión intelectual” o la cohabitación “Justificaron y desbarataron su vida” son pistas que nos guían, cual método policial,hacia el sendero bifurcado que derivará en un cambio de paradigma.
En la exposición de las tres hipótesis se producirá dicho cambio.
En la primera versión de Judas, Runeberg apelará a la paradoja:
“[…] (Runeberg) Observa (como Robertson) que para identificar a un maestro que diariamente predicaba en la sinagoga y que obraba milagros ante concursos de miles de hombres, no se requiere la traiciónde un apóstol. Ello, sin embargo, ocurrió9. […]”
La paradoja, en este caso, activa el sensor de confusión y nos hace reflexionar: ¿Por qué Judas se sacrificó traicionando a Jesús si este no lo necesitaba? Otra vez, nos encontramos sin certezas de ningún tipo.
Borges utilizará también ciertos mecanismos que denoten una volatilidad en la cadena de significados e ideas, como el recurso de...