Bosquejo De Una Teoría Anti-Inflacionaria

El problema es que no existe una única y salvadora resolución, ni inmediata ni ampliable. Podría explayarme en cuanto a los formadores de precios, pero iría a algo más fácil de abordar.Comenzaría en las determinaciones del Estado atañe en forma directa y efectiva. La sugerencia más pronta se definiría en una palabra: Viviendas. Estas debieran de hacerse no en el uso detierras fiscales y compra de suelos fuera de la urbe, sino en ella misma, en terrenos baldíos, semis-abandonados por sus dueños, en la búsqueda de inmuebles en venta, etc., llegando avalores razonables para su toma y vuelta a construcción, de edificios habitacionales, dado que éstos ocupan mayor espacio aéreo, pero menor terreno que las casas tradicionales, que quitan laposibilidad de ser aprovechados como tierra productiva-primaria de alimentos, y fueran fraccionados en tantas hectáreas mínimas se considere rentable de explotaciones agropecuariasintensivas sin opción de alquiler, cuyos propietarios estarán bajo disposición de normativas especiales, a elegir, tal o cuál actividad se ajusten a sus expectativas de mejor desarrollo,estando obligados, en la imposibilidad excluyente de nuclearse para llegar a acuerdos de importes de salida al comprador (sean supermercadistas, consumidores particulares, etc.), observados enla L.N. 25.156. Vistos desde los entes reguladores ya existentes (autárquicos, dependientes de secretaría de comercio, defensorías, asociaciones). En lo demás, considérese habitual ypermitido. Para ello, es primordial que los impuestos, servicios públicos y combustibles se presenten, en el mejor de los casos, en aumentos esporádicos, uniformes y reducidos, que permitanel tiempo para reajustar las actividades, haciendo progresivo y menor el peso de sus erogaciones. IVAN SCHMID schmidivan@hotmail.com