BOTELLON
universitarios y adolescentes
RESUMEN
Se presentan algunos de los principales parámetros del patrón de conducta de los jóvenes cuando realizan botellón, intentando superar la visión poco precisa que han generado los estudios de campo. Se han recogido 4083 encuestas de jóvenes entre 14-25 años de la ciudad de Valencia, durante el cursoacadémico 2005/2006 a partir de una muestra aleatoria de centros educativos, acudiendo a las aulas y solicitando la colaboración anónima y voluntaria. Los resultados confirman la reducción progresiva en la edad de inicio en la práctica del botellón, situándose en 13 años para los adolescentes que en estos momentos tienen 14 años. Asimismo niegan que se trate de una práctica mayoritaria entrevarones, al realizarla por igual ambos sexos. También se confirma la tendencia europea que muestra una radicalización del consumo: incremento notorio de bebidas de alta graduación independientemente de la edad y del sexo, llegando a tasas de alcoholemia medias de aproximadamente 1,5 gr., con una frecuencia media de 2 veces por semana y durante más de 6 meses al año. Todo esto suele unirse a una falsapercepción sobre los efectos derivados del consumo al sobredimensionar los aspectos positivos.
Estos resultados plantean la necesidad de diseñar una prevención selectiva o incluso indicada -para aproximadamente el 20% de casos más extremos-, superando la limitación actual de prevención universal. Tampoco puede obviarse la intervención sobre la permisividad mostrada por los padres fundamentada enaspectos como la edad temprana de inicio en la práctica del botellón o la hora de vuelta a casa tras su realización.
INTRODUCCIÓN
La imagen que en la actualidad se tiene del fenómeno del botellón está fuertemente influenciada por lo que transmiten los medios de comunicación. Una lectura rápida de la información que llega a la sociedad suele limitar el botellón a tres aspectos: problemas-quejasvecinales por el ruido o la suciedad generada; el desacuerdo por parte de algunos empresarios con la aplicación de normas que tratan de contrarrestar las demandas vecinales, y finalmente una insistencia generalizada de responsabilizar a la Administración –local, autonómica o nacional- como generadora de soluciones (Pardo, Plaza, Giménez y Cortés,2005; Plaza, Pardo, Cortés, Samper, Dolz yMartínez,2006). Además, todo este panorama suele percibirse desde una actitud permisiva y ambivalente ante el consumo de alcohol, que lleva a asumir esta práctica como algo transitorio que ha realizado la mayoría de los españoles cuando eran jóvenes. Pero lo cierto es que los patrones actuales de consumo de los jóvenes durante el botellón difieren, por diversos motivos cantidad, frecuencia, tipo de alcohol,edad en la que se realizan...-, de los que se daban hace años. Precisamente es este patrón de consumo el que justifica la necesidad de atender a aspectos relacionados con la salud de estos jóvenes, sin dejar de lado las consecuencias de tipo social u orden público a las que se ha aludido anteriormente. Evidentemente, cualquier alternativa viable ante el botellón no puede limitarse a controlar lasconsecuencias sociales, sino que debe atender a todo el fenómeno en sí, incluyendo tanto los antecedentes de la conducta -educación por parte de los padres en temas de alcohol y en la ocupación del ocio...-, la propia realización del botellón -motivos, expectativas, bebida consumida, hora de inicio y llegada a casa..., así como las posibles consecuencias derivadas de la misma –embriaguez, accidentesde tráfico, quejas de vecinos, bajo rendimiento académico, vandalismo, relación con otras sustancias adictivas, etc. Hasta el momento, la mayoría de los estudios empíricos efectuados se han limitado al segundo de estos apartados y han consistido en investigaciones de campo, realizadas durante pocos fines de semana, en las que se ha entrevistado a los jóvenes en las propias zonas botellón. El...
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