Brat Farrar
`¿Por qué no puedes comer más educadamente, Jane? ¡Como tu hermana Ruth! ´, Dijo Bee a través de la mesa del comedor. `Ella es mejor comiendo spaghetti que yo, eso es todo´,dijo Jane. `No puedo hacer otra cosa con ese tipo de cosas.´ Su tía Bee miró a lo largo de la mesa y vio a las gemelas Jane y Ruth, y sonrió. Fueron casi diez años, y eran exactamente iguales, pero no era difícil decirquién era Jane y quien era Ruth. Jane siempre parecía llevar ropa vieja, ropa para montar a caballo y para trabajar con ellos. Ruth, por el contrario, siempre estaba con un vestido fresco, limpio, con las manos nunca sucias y su cabello estaba siempre limpio y brillante. Ocho años, pensó Bee. Ocho años tras la muerte repentina de la madre de los gemelos y el padre, Nora yBill, ¡que tuvieron un accidente aéreo terrible! Ocho años desde que dejó su vida y su trabajo en Londres para venir a Latchetts con el fin de cuidar a los hijos de su hermano muerto. Y pronto ya no sería responsable de ellos. El hermano de los gemelos, Simón, tendría veintiuno en pocas semanas la fortuna de su madre sería suya. El padre no había sido pobre, la familia Ashby había vividocómodamente en Latchetts por más de 200 años, pero nunca habían sido ricos. Latchetts era una pequeña finca de tres granjas, el parque y la casa. La muerte de Bill había dejado a su hermana Bee con muchos problemas, así como los de la educación de sus hijos. Bee se había negado a utilizar el dinero que había pertenecido a la esposa de Bill. El dinero sería para el hijo mayor cuando tuvieraveintiún años y Bee había decidido no tocarlo. Así Latchetts se ha ganado su vida como una granja de caballos, como una escuela para entrenamiento de caballos, como una escuela para la gente que quería aprender a montar, y cada año Latchetts ha obtenido beneficios. Bee se había asegurado de ello.Y dentro de seis semanas Simón tendría veintiún años, habría recibido el dinero de su madre, y se convertiría en dueño de Latchetts. ¿Qué iba a hacer con él, se preguntó Bee mientras observaba a su cabeza justo encima de la mesa del almuerzo.Simón, que tenía mucho encanto, pero que también era muy egoísta. Parecía tantas veces que quería ayudar, pero siempre con una manera encantadora que las personas que lo ayudaron, incluso antes de preguntar. De hecho, no era cierto que él no podía hacer nada, sino que era sólo su forma de asegurarse de que podía conseguir lo que quería. Desafortunadamente, muy pocas personas, salvo Beeque parecía entender este lado del carácter de Simón. La hermana mayor de los gemelos, Eleanor, entró. `Oh, tu hueles a caballo´, dijo Ruth, moviendo la nariz.`¿Qué haces tan tarde, Eleanor?', pregunto Bee. `Oh, la niña Parslow de Clare. Pero es una pérdida de tiempo tratar de enseñarle. Ella nunca va a aprender a montar a caballo.´...
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