Braudel
LA VIDA ECONÓMICA
COMENCÉ a pensar en Civilización material, economía y capitalismo, obra larga
y ambiciosa, hace ya muchos años, en 1950. El tema mehabía sido propuesto
entonces o, mejor dicho, amistosamente impuesto, por Lucien Febvre, que
acababa de sentar las bases de una colección de historia general, "Destins du
Monde", de la cual tuveque asumir la difícil continuación tras la muerte de su
director, en 1956. Lucien Febvre se proponía escribir, por su parte, Pensées et
croyanees d'Occident, du XV au XVIII sueles, libro que debíaacompañar y
completar el mío, formando pareja con él, y que desgraciadamente no se
publicará nunca. Mi obra se ha visto definitivamente privada de este
acompañamiento.
Sin embargo, pese a limitarseen general al campo de la economía, esta
obra me ha planteado numerosos problemas, debido a la enorme cantidad de
documentos que he tenido que manejar, a las controversias que suscita el tematratado —la economía, en sí, es evidente que no existe— y a las incensantes
dificultades que suscita una historiografía en constante evolución, ya que
incorpora necesariamente, aunque con bastantelentitud, de buen o mal grado, las
demás ciencias humanas. A esta historiografía en estado de perpetuo alumbramiento,
que nunca es la misma de un año para otro, sólo podemos seguirla
corriendo ytrastornando nuestros trabajos habituales, adaptándonos mejor o peor
a exigencias y ruegos siempre distintos. Yo, por mi parte, siento siempre un gran
placer cuando escucho este canto de sirenas. Y los añosvan pasando. Habré
consagrado veinticinco años de mi vida a la historia del Mediterráneo, y casi
veinte a la Civilización material. Sin duda es mucho, demasiado.
1
La llamada historia económica,que se encuentra todavía en proceso de
construcción, tropieza con una serie de prejuicios: no es la historia noble. La
historia noble es el navío que construía Lucien Febvre: no se trataba de Jacob...
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