Bresson
ANTECEDENTES
El Palacio de Bellas Artes tiene como antecedente inmediato al edificio que albergaba al
antiguo Teatro Nacional, considerado el más importante en su género en la vida artística y
cultural de nuestro país durante la segunda mitad del siglo xix.
CONSTRUCCIÓN
La historia de la construcción del nuevo Teatro Nacional, llamado después Palacio de Bellas
Artes, es compleja y tiene una dinámica singular; dos épocas importantes de la historia de
nuestro país la definen: el régimen de Porfirio Díaz y la Revolución Mexicana.
Los trabajos iniciaron en 1904 con el objetivo de terminarlo en cuatro años; sin embargo,
problemas presupuestales y técnicos fueron demorando su conclusión. Tras el estallido de
la Revolución en 1910 y el agravamiento de la situación económica en el país, Adamo Boari
regresa a Europa en 1916. Se había concluido, hasta esa fecha, casi todo el exterior,
excepto el recubrimiento de la cúpula.
La idea generalizada de que el Teatro Nacional, en el periodo que va de 1917 a 1929,
estuvo en completo abandono es difícil de sostener, pues hubo gran interés para que se
terminara, tanto de algunos gobiernos posrevolucionarios como del público en general.
Además, el edificio se usaba muy frecuentemente para celebrar actos importantes de la vida
citadina.
A partir de 1930, bajo la presidencia de Pascual Ortiz Rubio, el arquitecto Federico E.
Mariscal fue el encargado del proyecto de la conclusión del Teatro Nacional; sin embargo,
no es sino hasta 1932, con el apoyo del secretario de Hacienda, Alberto J.Pani, que la obra
fue revitalizada con las instrucciones precisas de concebir un edificio "... asiento de una
institución nacional de carácter artístico", que alberga varios museos, de ahí que por
primera vez en 30 años se cambiara el nombre del edificio, de Teatro Nacional al de Palacio
de Bellas Artes. Debido a la fuerte inversión que se requería para acabar el recinto, éste
debía responder a una necesidad social y ser de utilidad pública. Así, el Palacio de Bellas
Artes fue concluido por el arquitecto Mariscal el 10 de marzo de 1934. Inaugurado bajo el nombre de Museo de Artes Plásticas, el 29 de noviembre de 1934, fue el
primer museo de arte en México, es decir, el primer recinto cultural dedicado a exhibir
objetos artísticos para su contemplación. En su acervo se incluían piezas desde el siglo XVI
hasta los murales de 1934 de Diego Rivera y José Clemente Orozco, así como una sala de
escultura mesoamericana, otra de estampa mexicana y un Museo de Arte Popular, que
albergaba la colección de Roberto Montenegro.
En 1947, aprovechando la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes, el museógrafo y
promotor cultural Fernando Gamboa modificó el proyecto en el Museo Nacional de Artes
Plásticas. A su vez, incorporaba un amplio panorama de arte mexicano, un nutrido
programa educativo y un vasto plan de publicaciones que promovía a distintos niveles la
riqueza artística nacional.
Con motivo de la Primera Bienal Interamericana de Pintura y Grabado, en 1958, el Museo
Nacional de Artes Plásticas se remodeló transformándose en el Museo Nacional de Arte
Moderno. Este fenómeno fue fundamental, no sólo en la vida del Museo, sino también en la conformación de los acervos del Instituto, ya que se estableció un programa recurrente de
adquisiciones de obra artística. Con la construcción del Museo de Arte Moderno (MAM) en
1964, se trasladó el acervo resguardado en el Palacio. Asimismo, la creación sucesiva de la
hoy desaparecida Pinacoteca Virreinal de San Diego, del Museo de San Carlos y del Museo ...
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