Breve Disertación Sobre San Manuel Bueno, Mártir.

San Manuel Bueno, mártir
Miguel de Unamuno

Mi falta de conocimiento de la tradición cristiana ha hecho que mi lectura del San Manuel haya sido menos productiva en lo referente a la captación de los símiles religiosos y sus dobles sentidos que ya fueron tratados en clase. Por lo tanto, y en aras de hacer un trabajo más personal, el enfoque de mi trabajo se centrará más en cuestiones como laimposibilidad de creer en el más allá y la necesidad de hacerlo y la felicidad que esto nos reporta.

Personalmente, la obra de Unamuno no me ha hecho reflexionar en exceso, ya que la tesis por la cual creo que transcurre la obra, es desde mi punto de vista equivocada o más bien imprecisa, puesto que tanto el autor en otras de sus obras, como San Manuel en esta, mantienen la imposibilidad de lafelicidad sin creer en una trascendencia del hombre en su sentido más amplio. Esto se encuentra, al menos en esta obra, marcado por un sentido más espiritual y religioso, pero que no es intrínseco a estas cuestiones, valga de ejemplo de materialismo y realidad el héroe de la Ilíada, Aquiles, que teniendo que elegir entre una vida larga e “insignificante” y otra corta, pero con un nivel detrascendencia tal que aún hoy yo estoy hablando de él, tomó el camino de morir en vida joven para pervivir en la historia para siempre.

De esta manera, creo que puede verse esa necesidad humana por sobrevivir a la muerte de una manera mucho más cercana que la planteada por la religión en el ámbito espiritual. Sin embargo, esto no cambia la realidad del clérigo de Valverde de Lucerna, sino que másbien viene a darle la razón en parte, ya que su defensa de que no se puede ser feliz sin creer que a nuestra muerte, seremos algo más que materia decadente y en descomposición, queda con este ejemplo ratificado por mí. Pero que a su propuesta de la religión como única vía, o al menos la más sencilla y asequible para esta meta, he de oponerme frontalmente, ya que en el mismo ejemplo queda propuestaotra vía para hallar la felicidad, y personalmente considero, al igual que el Lázaro de la novela, que podemos ser felices sin necesitar esa trascendencia.

Desde mi punto de vista, esta afirmación anterior queda bastante reforzada por la sociedad occidental actual, la cual cada vez se interesa menos por la religión o por la consecución de hazañas que lo vuelvan a uno un mito imperecedero, peroque aún así presume de encontrarse feliz frente a otras que a la perdida de la fe marchitaron y se mostraron mucho más deprimidas. Esto se debe a la compensación que ofrece la sociedad de consumo, la cual con su ritmo frenético nos aparta de nuestra búsqueda de la espiritualidad, que queda ahogada por los placeres de lo material, sirviéndome en esta ocasión de ejemplo el sueño americano, de teneruna casa propia, una esposa bonita, un buen coche y muchísimo dinero, mostrando esta sociedad así su cara más superficial y decadente.

Llegados a este punto surgen varias preguntas, ¿Si no creo, realmente soy feliz o solo creo serlo porque no conozco la verdadera felicidad? y en caso de que realmente fuese feliz, habría de preguntarme ¿Realmente no creo, o solo exteriorizo y me autoengaño enla no creencia, cuando en lo más hondo de mi ser, aún albergo alguna esperanza de algún tipo de inmortalidad, ya sea a nivel espiritual, material o histórica? A estas preguntas, aunque me pese, ya que me gustaría poder decir lo contrario, he de reconocer que debo contestar como menos quisiera.

En la primera, reconozco que no creo que la felicidad completa pueda llegar de lo material, y quequien cree ser feliz por lo material realmente no es más que un pobre desgraciado que ni tan siquiera tiene la suerte de plantearse como podría llegar a ser verdaderamente feliz. En la segunda reconozco amargamente, y aquí es donde más me cuesta ceder, que sospecho de mi mismo que algo debo creer, ya que siempre he negado que el hombre solo sea materia sometida a la física y a la química tanto como...