Breve historia de todas las cosas

El pasado viernes 28 de noviembre fuimos parte de un conversatorio sobre la obra Breve historia de todas las cosas. La actividad se realizó en auditorio de la Escuela del Valle y se contó con estudiosos de la literatura, autores, lectores, estudiantes, profesores de Español “activos” y pensionados y periodistas.
Todos los ahí presentes corrremos el riesgo de ser parte de un capítulo reeditado onuevo de la susodicha novela pues el autor, en su blog, ha prometido publicarla de nuevo haciéndole algunos cambios, incluso incluye varios capítulos que ya tiene terminados.
Es interesante que un texto de larga data aún siga creando polémica. Parece que este avivamiento surgió por una curiosa coincidencia o fatalidad, el M.L. Alexánder Sánchez Mora, se encontró el mentado texto en una caja delibros desahuciados allá en la querida venta de libros usados “El libro azul” (valga la redundancia) de mi amigo Mariano. Este profesor de la UCR leyó el texto y lo encontró interesante, incluso buscó información en su coterráneo y jefe en la universidad, Víctor Sánchez, el cual a su vez fue vecino de Luis Enrique Arce allá en el Alto de Alonso… ya con más datos, publicó un artículo en el Áncora yel mismo Arce organizó el conversatorio de marras.
Esta historia, en el sentido de lo accidental, se repitió cuando la novela ganó el premio Aquileo J. Echeverría, en 1975, pues igualmente alguien se la encontró en una feria y luego se dio a alguien y alguien la mandó a los jueces quienes decidieron darle el premio a pesar de que la novela no fue escrita ni publicada en Costa Rica, pero quetiene como escenario San Isidro de El General, un pueblo que queda “cerca de la frontera con Panamá”, según el editor argentino. El autor es Marco Tulio Garramuño, un autor colombiano, quien tiene una relación de amor-odio con el patriarca Gabo, que hace treinta años vive en México y que ancló por unos años en la zona sur costarricense.
En el conversatorio se enfrentaron dos puntos de vista. Por unlado, quienes postulan que un texto literario es independiente de la realidad, que si bien puede ser una interpretación de esa realidad, no tiene relación con ella, y que por tanto su autor no tiene porqué responsabilizarse de lo que ella provoque en quienes se vean en ella. Este punto lo defendió muy bien el escritor cubano-generaleño Eric Conde.
Por otro, hay quienes piensan que el texto, alabundar en referentes con lo real, como lo son nombres de lugares y personas, tiene una relación directa con la realidad. El problema es que, en este caso, la realidd ha sido deformada a tal punto que los personajes y los lugares ahí mencionados, son caricaturizados, cayendo incluso en el esperpento (algunos creen ver en esto esquirlas del estilo de García Márquez). Es un hecho, entonces que hayapersonas que se sienten molestas, e incluso agraviadas, con pasajes de la novela.
Si nos atenemos a la inmanencia textual, nos topamos con un narrador (“modesto testigo”) que rápidamente se asocia a un personaje de la novela: Mateo Alemán. Este personaje, que debe su nombre a un escritor español autor de novelas pícaras, es un loco que está en la cárcel y ha decidido hacer crónica de la vida y obrade los sanisidrogeneraleños. Al final su obra aparece en un basurero. A nivel simbólico vemos como el narrador intentará ser lo más veridico y detallista posible (así lo exige la crónica, como género), pero, paradójicamente, todo lo que diga carecerá de versosimilitud pues todo será parte de su “locura”, y a la vez, por la misma razón, habrá que perdonárselo. Por otro lado, es evidente en el textoque el narrador considera altamente negativos a los negros y a los judíos y a otras especies “nativas” del lugar. De mismo modo, el narrador renombra algunos personajes reales de la época, generalmente con un mote o con un apellido relacionado con su ocupación, por ejemplo, hay un comerciante apellidado “Denario”. Sin embargo, en otras ocasiones el narrador presenta a sus personajes, con el...