Breve Historia Del Trabajo - Toyotismo Y Fordismo
A lo largo de los últimos 100 años, el taylorismo, el fordismo y el toyotismo han sido los modos hegemónicos en la organización del trabajo. Si bien en un origen estos conceptos referían cuestiones concretas como el ordenamiento de la maquinaria dentro de una fábrica , el impacto político, económico y social deestas formas organizativas excede la especificación técnica y designa modos de acumulación capitalista que conllevan toda una configuración en la relación capital-trabajo y formas precisas del Estado, el salario y la explotación.
A lo largo de los últimos 100 años, el taylorismo, el fordismo y el toyotismo han
sido los modos hegemónicos en la organización del trabajo. Si bien en un origen estosconceptos referían cuestiones tan concretas como el ordenamiento de la maquinaria dentro de una fábrica y, más recientemente, si debe o no haber
fábrica, el impacto político, económico y social de estas formas organizativas
excede la especificación técnica y designa modos de acumulación capitalista que conllevan toda una configuración en la relación capital-trabajo y formas precisas delEstado, el salario y la explotación.
Por estos días, el Colectivo Praxis Crítica y la Casa de los Trabajadores, lanza
una serie de cuadernillos temáticos. El primero de ellos se refiere al Trabajo y
se basa, centralmente, en estudios del epistemólogo chileno Carlos Pérez Soto. A continuación, un adelanto del mismo y las consideraciones y objeciones que se dieron a lo largo del debate en que seforjó esta breve historia del trabajo.
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Detrás de conceptos como el ‘fin del trabajo’ o la ‘capacitación laboral’, lo que
subyace son los límites del capitalismo. Por eso, el colapso de los ‘estados de
bienestar’ y la brecha cada vez más ancha entre integrados y excluidos, vuelve a keynesianismos varios y acualquiera de las terceras vías, un remedio fugaz. Tras la implosión de los ‘socialismos reales’, es la era explícita del ‘capitalismo
real’. En ella, la noción de ‘explotación’ adquiere significancias nuevas y
paradójicas. Hay algo peor que ser explotado: no serlo. Tras los análisis de
diversos gurúes -análisis correctivos que devienen en medidas siempre
insuficientes- lo que se evita essincerar, y enfrentar, la inviabilidad del
sistema.
Seamos el ello del publicista de Clinton, sostengamos: “Es el capitalismo,
estúpidos”. No un fragmento, no un pedazo: es la totalidad. ¿El posmodernismo te ha hecho temer de los abordajes totales? Pues... ni bueno ni malo, ya irrumpirá ‘lo real’ para reformular la discusión, para reinstalar, dialécticamente, particularidad y generalidad.Mientras, organizada la producción, y la vida, al compás de las actuales coordenadas, el problema radica menos en la falta de trabajo que en el exceso de gente. En el viejo juego del mercado se van estrechando las fronteras y la oferta laboral es cada vez más exigua frente a la demanda de trabajo. Es el capitalismo, estúpidos: sobran humanos. Y en su lógica, y para su expansión, siempre ha sidomejor negocio el aumento de la productividad que la disminución del salario. No hay mayores secretos en las vías del aumento de la producción, o se intensifica la jornada laboral o se aplican innovaciones tecnológicas. De un modo u otro, los diversos Modos de Organización del Trabajo constituyen la puesta en práctica de estas dos vías. Ahora, a vuelo de pájaro, las revisaremos.
El taylorismo En el siglo XIX, la producción industrial todavía era heredera de la producción artesanal. Los trabajadores no solo dominaban ‘la máquina’ sino que incluso la arreglaban, la perfeccionaban. Pero sobretodo, administraban ‘sus’ ritmos de trabajo. Por eso, el castigo físico era un hecho habitual en el siglo XIX. Los capataces corregían el fallo laboral a latigazos. Y el castigo físico era menos una...
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