breve retrato de la disyuntiva con mi yo discursivo

Breve retrato de la disyuntiva con mi yo discursivo
Parado frente al espejo le pregunto:
¿Cuáles son tus metas? -ya lo sé, pero quiero hacer conversación-. Hablando de a pocos, la conversación transcurre amenamente, soñando, encendiendo ese brillo estrella en los ojos, luz de la película que queremos vivir. La tertulia es entretenida y como suele pasar, siempre nos vamos por las ramas.Hablar con uno mismo no es hablar solo, habla solo quien alma no tiene para conversar, pero cuando yo hablo “solo” se abre un abanico de respuestas, porque no hablo por hablar, hablo para que mi “yo interior” responda, no hay nadie más sincero que “migo mismo “, pues aunque me intente mentir, en el fondo sé la verdad; es lo que me gusta de hablar conMIGO MISMO, que los artilugios y triquiñuelas a lasque pueda recurrir para engañarme ya las conozco.
En esa larga entropía de temas y jolgorios, llega una pregunta seria que sale desenvainada cual espada:
-¿Y vos? ¿Qué es lo que querés? Y no me vengás con la cuentería de siempre, llena de eufemismos, que no escondés nada bajo esos ojos tristones que andás siempre; ya a los demás te los bailás con el verbo y la retahíla, con ese cliché de: “estoybien”, “sólo estoy cansado”; pero a mí no me engañás, porque yo soy vos y te conozco, te veo triste, sin ganas, sin esos brios que hace unos meses había que frenar. Lo digo porque me importás, porque te veo acá frente al espejo pensativo, caminando de un lado a otro cabizbajo; como si los azares de la vida no te trajeran buenos dividendos… ¿Qué es lo que pasa con vos huevón? Ya rodeamos muchodesde la primera pregunta: ya soñamos, ya vacilamos; pero hablemos de la vida, y hablemos de la vida porque es la mía.
-Mirá Migo Mismo –como le llamo por gusto- ando irritado, he logrado mucho: las paredes llenas de diplomas, las vitrinas con hartos trofeos; tengo mis metas a futuro, pero ya mis metas cortas las voy logrando sin mayores obstáculos; he callado a mis detractores con mis logros, a micorta edad he logrado cosas que la mayoría no hace en toda su vida; Ex presidentes me han vanagloriado, he salido vitoreado por las gentes más importantes, casi he salido en hombros debido a mis buenas acciones. Pero siento que algo falta, una esencia; no un trofeo que pueda pulir, ni un diploma que enmarcar, ni un logro que celebrar, es algo etéreo, impalpable como el humo, páginas que seperdieron en el capítulo llamado “felicidad”.
¿y qué es felicidad?-pregunta Migo Mismo-
Entonces le respondo: No se describe, se siente.
-Si es algo que se siente ¿Qué es? ¿Cómo se siente? ¿Con qué se combina? (a Migo Mismo le gusta hacerme preguntas retóricas para que encuentre mis respuestas)
Luego, el silencio reina por unos segundos y la elocuencia de la quietud reflexiva hace su magia que surgecomo un as bajo la manga de mi parte:
-¿Vos que creés? ¿La vida es demasiado corta para ser felices o demasiado larga para ser felices? ¿Cómo teniendo tanto puedo sentirme tan infeliz? ¿Cómo puedo ser tan mal agradecido? Me doy vergüenza y me siento como un perro.
Migo Mismo con tono de filósofo y algo regañón me surte con todo eso que no sé porqué no lo podrá decir antes y tampoco sé por qué sies cierto no me hace sentir alegría y más bien capto cierta alevosía en lo que expone:
-¿Qué? ¿No lo ves? La felicidad es el conjunto de explosiones de la misma en un periodo de tiempo, es casi una ecuación físico-matemática expresada así: la felicidad que sentís es directamente proporcional a la sumatoria de la cantidad de explosiones (grande o pequeñas) entre un periodo “X” de tiempo, elresultado es expresado exponencialmente; y ahí tenés: eso es lo que llamás tan místicamente “abstraccionismo de la felicidad” y pensalo así: cada explosión tiene un valor que solo vos podés darle eso sí, pero el resto es matemática pura. Un abrazo por ejemplo, puede tener un valor de uno, o bien de diez, depende de quién venga.
-¿Y cómo un abrazo?- inquieto le pregunto al espejo-
-¡Sí! No creiste...