BROSA. ESCULTURA.
Por Gerardo Muñoz
Uno de los tantos sueños de la Modernidad, sugiere Michel Foucault en sus
estudios de las ciencias humanas, fue estrechar la mediaciónentre las
palabras y las cosas. Esta relación entre significación por una parte, y
representación de un signo por otra, permitía la transición entre aparatos de
análisis en diferentes economías delsaber. Una de las formas de leer la
Vanguardia – tal y como lo ha hecho Peter Burger por ejemplo – es ver la
relación entre las palabras (los discursos) del arte y las formas que
conforman suantinomia. De las muchas piedras angulares de esta
Modernidad visual en la estética es de orden representacional entre espacios
que, tanto en las palabras como en la visualidad, convergen hacia unamanifestación de tipo "ergódica". La negociación, o las "correspondencias"
como prefirió llamarles Baudelaire, entre las artes visuales y las palabras
como significaciones de las cosas, cobran unaintensidad peculiar en la obra
de Joan Brossa, fundador del grupo vanguardista Dau al Set que, en
compañía de Antoni Tapies, Antonio Saura, y Joan Ponc, construyó una serie
de poemas desde la fronterade la materia de lo visual.
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Celebraban aquellos poetas y pintores de la década de la Posguerra
Española, las nupcias (un tanto como hicieron los poetas norteamericanos de
Sema) entre las artesvisuales, el diseño, y la poesía. De cierto modo para
Brossa, las artes visuales no correspondían a un espacio temporal indefinido,
sino a una relación entre el objeto, la materia, y la visualidad.He aquí,
entonces, la realidad de sus poemas arquitectónicos: modelos de madera con
un bombillo, un zapato con un lazo indefinido, las letras del alfabeto que
toman formas humanas, o que, como esmuy de moda hoy (aunque no en la
década de los cincuenta o sesenta), se "deconstruyen" entre si mismas.
Debemos distinguir las letras de Brossa de los collages dadaístas.
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Si bien nos...
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