Brutas
Juan Radrigan
1980
La casa -por darle algún nombre- donde transcurren los últimos meses de la vida -vida, es aquí (también una manera de decir)- de las hermanas Quispe Cardozo (Justa, 56 años, Lucia 48, Luciana 47), está situada en un lugar llamado "Laguna de Puquio", comarca pre cordillerana, cuyo único punto geográfico posible de señalar, es una muy relativa cercanía a Inca deOro y Potrerillos (unos dos días a lomo de mula). Es un sitio inhóspito, frío y desolado. Octubre de 1974. Amplia piezona con paredes de barro y techo de totora, que sirve de comedor, dormitorio y cocina. Un catre, dos jergones; una banca, una mesa, piso. Arrumbadas en un rincón, un lote de viejas y oxidadas herramientas de minero de las que sobresale un pesado combo. Una antigua cocina a leña.Piso de tierra, duro, irregular. La única entrada es una puerta repetidamente reforzada con tablas y cartones; una ventana en las mismas condiciones, crujiente, destartalada. Utensilios diversos; un cajón con lana para escarmenar, otros tres o cuatro vacíos, puestos uno sobre otro; al lado de éstos un pequeño mesón malamente hecho, que Luciana utiliza para hacer el pan y los quesos. Pese alhacinamiento se advierte un cierto orden, una cierta limpieza; la atmósfera es de desolación, de tristeza, de sordidez. De pie, Justa, la jefa del hogar, trenza una cuerda. De fuera llega la voz de Luciana cantando, Justa escucha sorprendida, desaprueba con tristeza. (Tiempo) Entra Luciana trayendo unos trozos de leña.
JUSTA -¿Por qué 'stai cantando? LUCIANA -(Se encoge de hombros) No sé po. Por cantarno má JUSTA -(Neutra) Nunca hemos cantao... Tan pasando cosas raras aquí. LUCIANA -¿Qué cosas? JUSTA -No somos pa cantar, somos pa voltiar árboles, pa criar animales; los cantos son... LUCIANA -Pa cantarlos, tóos poímos cantar. JUSTA-No me gusta. LUCIANA -(Acomodando la leña bajo la cocina) Soy tonta voh, creís qu'stamos cambiando. No, si con la Lucía también los gusta más pastoriar y cortar leña,pero tenimos qu'estar aquí hasta que se arregle bien el tiempo; siempre lo hemos hecho así. Güeno, y soy voh la que no te querís ir po. JUSTA -Yo no te digo d'eso, te digo que nu'hacen las cosas que hacíamos antes. Yo salí ayer con viento y too y corté cuatro cargas de leña. LUCIANA -Cuatro cargas no son na po. Y después dormistes toa la tarde. JUSTA -(Viólenla) ¡Mentira! LUCIANA -(Se quedamirándola extrañada) ¿Por qué te enojai cuando te dicen que te cansai? Voh soy la qu'está rara. (Se da vuelta hacia ella) Mejor cuéntame cómo es eso no seai mala. JUSTA -¿Qué te voy a contar?
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LUCIANA -Lo qu'estábamos hablando cuando dijiste que juera a buscar más leña: la cuestión esa del enamoramiento. JUSTA -¿La Lucía encerró las cabras? LUCIANA -Sí, pero la "Mocha" se le metió pal bajo otrave. JUSTA -Anda ayuarla, la va a pillar la noche. LUCIANA -¿Después me contai? JUSTA -¡Anda ayuarla! LUCIANA -¡No me gritís! Dijiste qu'ibamos hablar. JUSTA -(Dejando de trabajar) ¿Pa qué querís saber eso? LUCIANA -¿Pa qué? (Se encoge de hombros) No sé po. (Mira hacia afuera) Cuando s'está terminando l'invierno, cuando empiezan a crecer las plantas otra vé, sobre too la cabriosa, qu'es tan bonita,me dan ganas de saber... (Se encoge de hombros) No sé po. JUSTA -Aunque no sea invierno, por aquí no pasa nunca nadie. LUCIANA -No, si yo no te digo por eso. Ya tengo mucha edá. JUSTA -¿Y entonces pa qué querís saber? LUCIANA -Yo decía nomá. (Pausa) Es una cuestión que se me pone aquí aentro, (se toca el pecho) una cuestión como si me corriera viento así; es bien rara, pero no es ná como unaenfermedá. JUSTA -¿Te habís encontrao con alguien ahora poco? LUCIANA -No, con quién me voy a encontrar por aquí. (Se sienta) ¿Sabís? me dio pena la "Vieja". (Pensativa) No, no pura pena; intranquilidá también, mieo... JUSTA-¿La "Vieja"? ¡Cuántas cabras no habís matao, y te va dar pena una que se murió sola! LUCIANA -A lo mejor jué por eso; porque se murió sola... Se queó con los ojos abiertos:...
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