Buda blues

Es un descarnado relato de la realidad que discurre tras el falso mundo creado por los medios. Una reflexión profunda sobre los abismos del ser en las megalopólis del tercer mundo y los pocos caminos que quedan hacia una posible salvación.
A Mendoza se le nota «la cancha» desde la primera página, con una narración que atrapa no ya con la barbaridad del arpón o del escuadrón antimotines, sino conla misma sutileza con la que el felino se agazapa y desliza su cuerpo de manera imperceptible hasta llegar a su presa. Breve: el lector se convierte con total aprobación, en ese ratón ebrio de vueltas que lo impulsan entre la trama memorable de una de esas novelas que vale la pena releer.
Página a página se va desenvolviendo la correspondencia entre Vicente y Sebastián, protagonistas a la brava,en tanto comprenden paulatinamente su estado de domesticación social y se involucran, tras la muerte del tío de Vicente, en el Proyecto Apocalipsis, directamente relacionado con una enorme organización de anarquistas contemporáneos: los anarcoprimitivistas, quienes tienen clarísimo eso de que la revolución industrial se inventó un progreso inexistente, que somos los únicos animales capaces dedestruir el suelo donde pisan, que no vamos hacia ninguna parte y mejor dicho, que entre el diablo y escoja.
Valga resaltar los diálogos irresistibles y la pericia del autor para insertar toda esta trama alucinante a la realidad nacional, pero como si ésta última fuera cosa accesoria, únicamente posible en el  universo en que se instalan sus personajes, quienes se deprimen, se cuestionan, seenamoran y se revuelcan perdidamente con mujeres que ostentan una fantasmagórica mirada de lechuza.
Mario Mendoza es un empedernido cazador de historias de la calle bogotana, pero cualquiera puede hacerlo. La diferencia está en que el escritor de Satanás las convierte (y las subvierte) en arquitecturas donde lo denso y lo oscuro que anida en los rincones urbanos, en las circunvoluciones cerebrales delos habitantes de la ciudad, adquiere una forma artística bien entreverada con un sentido político.

"Pero no es el proyecto político de los herederos de la revolución cubana o lo que antes llamábamos 'el compromiso político' de la escritura, que estaba ligado meramente a la denuncia de lo que pasa. Es otra puerta de entrada, pero creo que es una puerta combativa muy fuerte", dice.

'Budablues', su séptima novela, va más allá de 'Satanás', que inquietó a muchos de sus lectores; a otros los aterró y a otros los asqueó.

La historia parte de la notificación (tomada de la vida real) de Medicina Legal a un profesor de sociología de la Universidad Nacional para que vaya a la morgue a reconocer el cadáver de quien se cree que es su tío, un pariente de esos que primero se apartan de lafamilia y luego desaparecen bajo la apariencia astrosa y uniformadora de los indigentes.
Buda blues es parte de un edificio compuesto por diez partes, un poco a la manera de El cuarteto de Alejandría, de Lawrence Durrell. "Quizás es la novela de mayor choque, de mayor fuerza", advierte el autor bogotano.
Porque el paisaje de fondo, que acaba no siendo simple paisaje sino el eje de toda la narración,es el capitalismo y todo aquello que hoy el más desinformado terrícola identifica con la palabra crisis."A mí me coge esa crisis de Wall Street en Calcuta (India) -explica Mendoza-, y caminar por Calcuta es caminar por un futuro en el que los hijos de los hijos de nuestros hijos serán indigentes. Es muy difícil que nosotros vayamos a generar un multimillonario. Por ley de probabilidad lo másseguro es que nosotros generemos una descendencia que va a andar con sus bártulos al hombro por las calles de las ciudades futuras".
de la herencia del realismo mágico garciamarquiano, como
también del costumbrismo, tan propio de las diversas regiones
del país. Además, su obra no tiene como finalidad
las revindicaciones sociales y políticas, tampoco busca el
refinamiento ni la sofisticación en...