Budismo

Zuihitsu
Diao Chuang Zhu Ren

吊床主人

«Cuidador de HamaCas»

LIBRO QUE NO ES UN LIBRO
ESCRITO COMO QUIEN ESCRIBE
UNA CARTA QUE NO SERÁ ENVIADA

Sisabianovenia
Buenos Aires
MMVI

Zuihitsu

随筆

ZUIHITSU
DIAO CHUANG ZHU REN

吊床主人
«CUIDADOR DE HAMACAS»

LIBRO QUE NO ES UN LIBRO
ESCRITO COMO QUIEN ESCRIBE
UNA CARTA QUE NO SERÁ ENVIADA

Sisabianovenia
BUENOS AIRES
MMVDiao Chuang Zhu Ren
Zuihitsu : libro que no es un libro, escrito como una carta que
no será enviada. - 1° ed. - Buenos Aires : Sisabianovenia, 2004.
137 p. ; 20 x 12 cm.
ISBN 987-21476-2-0
1. Poesía Argentina. I. Título.
CDD A861

Sisabianovenia

Segunda E dición
Abril del 2006
www.sisabianovenia.com

Zuihitsu , seguir la pluma, Asobi, hacer jugando;
escritos casuales. Así sellaman estas notas
en japonés. Los dibujos que utilicé
para acompañar el texto fueron
extraídos de la obra
«Manga» de
Hokusai

A GRADECIMIENTOS
Gracias a la beca que me otorgara la Fellow
Parents Society –los reyes son los padres– que me
ha permitido contemplar las motas de polvo en innumerables siestas al fresco en habitaciones con sus
persianas entornadas, o descansando en la hamacabajo el juego indescifrable de las hojas del sauce, es
que he podido llegar a una relativa calma como para
leer en armonía con lo leído y sentir el irrefrenable
impulso de responder: «Yo también, es así, es así,» y
contestar como se contesta la carta de un amigo. De
ese impulso nace este libro.

9

INDICE
Agradecimientos. 9
Introducción, 13
Poesía, 17
Diarios y Memorias, 75
Un pocode historia, 83
Honor, 111
Un relato, 121
Indice temático, 129

11

INTRODUCCIÓN
Hace unos mil años, una mujer sin nombre escribió
un libro sin título. La muerte de los seres queridos
estaba siempre presente en la vida de la gente en
aquellos días, como vemos en este escrito, y la indiferencia por el mundo exterior. Se relacionaban,
mundanamente, sólo con lo estético y lo afectivo.Nuestra desconocida dama pasó entre revoluciones
sangrientas sin registrarlas en su diario. Más fuerte
fue para ella la bruma que envolvía la luna, el rocío
que cargaba las hojas de bambú, la añoranza por
alguien apenas conocido.
La mayor de las ficciones es esta, la que no lo parece, la vida evanescente, nuestro simple ir cotidiano
en la nula importancia que tiene todo.
Con su raíz en elcorazón, la poesía florece en
el follaje de las palabras. El hombre no puede
permanecer quieto, todo cambia, el sentido ordena
la emoción y la canción es dicha en palabras.
Conmueve a cielo y tierra, impresiona a dioses y
demonios, armoniza a hombres y mujeres, por ello
es insuperable la poesía, nos dice el prefacio del

13

Kokinshu, una antología encargada por el emperador
Daigo allápor el año 900.
Que en medio de tanto sinsentido y crueldad
ciega, alguna gente pueda poner entre paréntesis
el dolor y sentarse junto a un arroyo a componer
poemas mientras contempla el paso de los pétalos
de durazneros, que un emperador encomiende una
antología de poesías, o que otro consulte a su primer ministro porque no puede decidirse acerca de
qué es más hermoso, si la primavera conlos brotes
del ciruelo o el otoño con sus hojas coloridas... ¿no
es sorprendente?
La traducción de cualquier obra del japonés, dicen, es como la posibilidad de un reloj en el montón
de piecitas, engranajes y ruedas que lo conforman
pero,
de todos modos ¿no es siempre así?
Algunas veces esta agradable sorpresa: que lo que
otro ha escrito, tan lejos en tiempo y espacio, recree
el sentimientode amistad a pesar de la distancia.
Viejos amigos. En este caos en aparente orden encontrar sus huellas, marcas apenas, que cuentan su
desconcierto, como una señal a quien viene luego.
La amabilidad de quien por la mañana deja hecha
su cama pensando en el que será esa noche, cansado
después de un día de trabajo.
Como ellos, yo también, agobiado por la imagen
de este espejo siempre...