Buenas calificaciones
Buenas Calificaciones
Hubo un tiempo en que las buenas calificaciones escolares no eran tan importantes. Tenía importancia no repetir el año o la materia; se consideraban mejores lascalificaciones altas que las bajas; se hacían chistes sobre las mínimas para aprobar ("de panzazo"); pero tener medianas calificaciones era normal, y hasta se veía con desconfianza a los obsesionados consacar las máximas. Dedicar los años escolares únicamente a sacar dieces parecía un especie de mutilación. Educarse es aprender muchas cosas, de muchas maneras: viéndolas, haciendolas, estudiandolas. Nopuede reducirse al macheteo.
Pero, en la práctica, la educación dejó de ser importante por sí misma. Se redujo al proceso de obtener credenciales para obtener oportunidades de empleo. En el mundoburocrático (del Estado, las empresas, las instituciones), las oportunidades dependen de las credenciales, que excluyen automáticamente a quien no cumpla ciertos requisitos. Nada garantiza que cumplirlossea suficiente (pasado el filtro previo, puede haber muchos otros, válidos, prejuiciados o corruptos). Pero las credenciales mínimas tienen que cumplirse, aunque exijan, por ejemplo, once años deescolaridad para barrendero.
En las llamadas educación superior, que vende credenciales para entrar al mundo del trabajo por arriba, la demanda masiva de credenciales (que se van devaluando, a medida quemucha gente las tiene) crea nichos de mercado para los que buscan distinguirse del montón, en tres direcciones: prolongar la escolaridad (pasar de la lincenciatura a la Maestría, y de la Maestría alDoctorado), buscar certificaciones más acreditadas (credenciales de instituciones más costosas, que pocos puedan pagar) y, desde luego, subir las calificaciones.
Sacar las mejores calificaciones dejóde ser una obsesión psicológica para volverse una necesidad en el mundo del trabajo. Ya no basta con el título, hay que bucar un promedio lo más cercano al diez. Teóricamente, esta presión debería...
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