Buenas Conciencias
Dentro de la producciónliteraria del mexicano Carlos Fuentes, por ejemplo, existen alternativas que ya tienen varias décadas de existencia pero que, sin embargo, aún conservan su valor y capacidad de cautivar a los lectores comocuando recién salieron al mercado.
“Las buenas conciencias”, por ejemplo, data de 1959 y es un clásico de la literatura mexicana. Si uno evalúa esas características, es probable que crea que, a estaaltura, no tenga sentido leer este material que, probablemente, tenga un argumento detenido en el tiempo.
Sin embargo, al descubrir qué historia se cuenta en el libro, uno toma conciencia de quesí, en efecto, el contenido se ha estancado en el México de la primera mitad del siglo XX, pero esa decisión premeditada del autor no lo vuelve antiguo, sino atractivo para aquellos que se interesan porla historia y las transformaciones socioculturales de un determinado país.
En este caso, “Las buenas conciencias” invita a todo lector a conocer las vivencias de Jaime Ceballos, un personaje jovenque se siente confundido y no sabe qué rumbo tomar, si dejarse convencer por la moral de su familia, sus impulsos religiosos, el ámbito de las buenas costumbres y los vínculos sociales o por la idea devivir sin sus verdaderos padres pero con la alegría de descubrir la vida y guiarse por sus impulsos físicos.
Si recién descubren esta obra y quieren leerla, adelante: todavía están a tiempo deconseguir un ejemplar de “Las buenas conciencias”.
«No he tenido el valor. No he podido ser lo que quería. No he podido ser un cristiano.»
Jaime Ceballos está al final de su adolescencia; pronto...
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