Buenastares
Por: Gonzalo Fanjul | 26 de octubre de 2011
Tras el éxito de Stephan Hessel y su Indignaos, algunas editoriales se han animado darle una oportunidad al formatodel ‘panfleto’, un libro breve y accesible que informa sobre la realidad al tiempo que llama a la acción para transformarla. Algunos de los agitadores más influyentes de la historia -como el británicoThomas Paine y su extraordinario Sentido común- hicieron del panfleto una verdadera herramienta de movilización de masas; así que, tal como está el patio, solo podemos desearle la mejor suerte a estenuevo fenómeno editorial.
Precisamente una de estas colecciones (publicada por Icaria con el infeliz título de ‘Asaco’) abrió su catálogo con un libro que merece ser leído por mucha gente:Desigualdades internacionales. ¡Justicia ya!, del profesor de la Universidad Complutense Rafael Díaz-Salazar. En 100 páginas escasas, bien escritas y documentadas, el autor desarrolla un argumento fundamental:más allá de esta crisis, la desigualdad entre personas y entre países constituye el obstáculo definitivo al bienestar global. Podemos dedicarle todo el tiempo que queramos a recuperar la senda delcrecimiento económico, pero el fracaso a la hora de cerrar las brechas entre ganadores y perdedores no solo supone el principal desafío ético de nuestras sociedades, sino que impedirá sentar las basesde un nuevo modelo de prosperidad económica y ecológica.
Los números citados en el libro son abrumadores: de acuerdo con los datos más recientes de la ONU, el 10% de los hogares más ricos del planetaconcentra el 85% de la riqueza global, mientras que el 50% más pobre (los famosos 3.500 millones de personas) debe conformarse con el 1%. Las últimas décadas han visto un incremento de la desigualdadentre países y al interior de estos (incluyendo los desarrollados). El milagro económico de las economías emergentes ha elevado el nivel de vida de una parte de las poblaciones de China, India,...
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