buho

La espada y la balanza
Reyes Mate, Profesor de investigación del Instituto de Filosofía del CSIC (EL PERIODICO,
05/01/05)
Una balanza y una espada son los símbolos de la justicia. Con la balanza se significa
la imparcialidad y con la espada, la voluntad de alejar cualquier presión sobre la sentencia.
Así debería ser la justicia. Lo que pasa es que los jueces "se valen ordinariamente de laespada no tanto para alejar toda influencia extraña al derecho cuanto para arrojarla en la
balanza cuando ésta no se inclina del lado querido. Vae victis (¡ay de los vencidos!)". Quien
esto escribe no es un exaltado panfletista, indignado con algún antecesor de Lluís Pascual
Estevill, sino alguien tan templado como el filósofo Enmanuel Kant.
Acabamos de enterarnos de la sentencia que condena alexjuez Estevill a 9 años de
prisión y a su cómplice, al abogado Joan Piqué Vidal, a 7, y podríamos replicar a Kant que
pese

a

todo

también

la

justicia

alcanza

a

los

jueces

prevaricadores.

Es una noticia que ayuda a no desesperar de los jueces pero que deja pendientes de
contestación muchas preguntas. Por lo menos una: ¿cómo ha podido llegar este exjuez tanlejos? Porque Estevill ha llegado muy lejos en dos sentidos: en el abuso del extraordinario
poder que ejercía en el Juzgado de Instrucción número 26 de Barcelona y como vocal del
Consejo Superior del Poder Judicial.
La sentencia se apoya en el rumor de que "todo el mundo lo sabía", que había un
clamor en la Barcelona de los años 80 "acerca de la existencia de un magistrado corrupto",
para afeara los poderes públicos su falta de diligencia. Es verdad que algo ha tenido que
fallar en la Administración del Estado para que tamaños desmanes quedaran impunes
durante tanto tiempo. Pero hay que entender que para que los rumores se conviertan en
noticia, es decir, en indicios razonables, hubiera sido necesario más colaboración por parte
de los afectados. La justicia ha tenido que abrirsepaso sorteando silencios de los unos,
complicidades de los otros y una cultura de la justicia que da por establecida dos varas de
medir: una para los amigos, y otra para los demás. ¿Por qué, si no, esa lucha numantina de
la derecha política y judicial contra la ley que quiere reformar al Consejo del Poder Judicial?
Si el pueblo ha sustituido el símbolo de la balanza por el embudo es comoresultado de una
experiencia sufrida en las propias carnes. La sentencia contiene un reproche a la judicatura
que no se borra con la condena de este exjuez. Seguimos a la espera de que nos aclaren
por qué no actuó antes.
Si grave es constatar que ese entramado de corrupción, montado entre un juez,
Estevill, y el abogado de oro de la burguesía catalana, Piqué Vidal, no pudo hacerse sin
silenciosempresariales, miedos sociales y alguna complacencia mediática o política, mucho
más preocupante resulta ser la otra gran carrera del famoso exjuez: la política.
ESTE HOMBRE llegó a ser miembro del Consejo del Poder Judicial. Esa cumbre no se
alcanza sin ayuda política, en este caso de CiU. ¿Qué vieron en él los responsables políticos?

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Si ese puesto era un premio,¿qué premiaron? ¿Con qué criterios se eligen a los
representantes en el órgano político del poder judicial? ¿Lo explicará alguien? Sería bueno
que alguien expusiera las razones de su elección, porque de lo contrario habrá que
sospechar que siempre son turbias.
Y si volvemos la vista hacia el cómplice, abogado de Pujol en el caso Banca
Catalana, la desazón no es menor. Esta pareja dedelincuentes --"el que mordía era el juez
Pascual Estevill pero quien llevaba la cadena del perro y le soltaba cuando quería era
Piqué Vidal", en palabras de unos de los empresarios chantajeados-- no son dos truhanes
del arrabal, eran dos considerados ciudadanos de una honorable burguesía. Queda en el
aire la duda de si sus delitos eran el precio de sus éxitos profesionales y políticos o la
negación...