BUKOWSKI Y MEDINA: MARGINALES

BUKOWSKI Y MEDINA: MARGINALES
DEL NORTE Y DEL SUR EN UN MUNDO
GLOBALIZANTE

Lautaro Ramos Guerra
José Delgado
Quilpué - Chile

APROXIMACIÓN A AMBOS ESCRITORES
Fue a comienzos de los años 80’. Nos parece que conocimos primero a Medina y Las Tumbas.
En nuestras propias tertulias de vino y literatura nos asombramos en pleno período militar con Enrique Medina, Argentino,escritor de circulación restringida -graciosa denominación de la censura-. Delirante, incisivo, marginal. Nos emborrachamos con Medina que nos describe estadios marginales de la sociedad, insaciable, impúdico, desnuda la marginalidad.
Dice él “. . . en este mundo no hay casi más salida que de víctima a victimario”; indudablemente, que nos alucina Medina con esas imágenes proyectadas de lo másenfermo de nuestra sociedad enferma.
Esta aproximación ocurre en Chile, en Quilpué, una ciudad de la Quinta Región. Fue más que simple. La hermana de uno de nosotros laboraba en Mendoza, vino a Chile y nos trajo a Medina. Y nos emborrachamos con el porteño de Buenos Aires.


En esa misma época, leímos en una revista “Light” un artículo sobre Bukowski, el chacal de la literaturanorteamericana. Lo que prueba que las revistas “Light” después de todo también exhiben basura, si es preciso lo hacen.
“Escritos de un viejo indecente” nos pegó un palo en la cabeza. Charles Bokowki, un vagabundo, alcohólico, fuera de sistema, totalmente marginal escribe en un periódico underground y lo hace con furia, escupe hacia todos lados, es un volcán.
Bukowski nos hace transpirar. No datregua, ni concesiones. Es un temerario de la vida y de la literatura.
Y nosotros, igualmente nos emborrachamos con Bukowski.
Ambos escritores, uno del sur y otro del norte nos deslumbran con su fuerza narrativa y con ese salvaje impudor por desnudar lo que otros visten. O evitamos ver.

SIMILITUDES Y MARGINALIDADES
Medina y Bukowski son marginales por donde se les mire. En sus vagabundasvidas, en sus brutales escritos que aplastan a la llamada literatura oficial.
Son verdaderos monstruos que se salen de los cánones tradicionales y se trasladan por alcantarillas, bares y camas siempre olientes a semen.
“Algunas noches después descubrí que cuando hacía frío,
las astillas de mi mano empezaron a moverse. Podía sentir
donde estaba cada una. Empezaba a hacer frío. No puedodecir que odiase al mundo, a los hombres y mujeres, pero
sentía un cierto asco que me separaba de obreros


y comerciantes, de mentirosos y amantes, de la
gente feliz y hombres poderosos, de madres de
familia y padres del conocimiento de la esperanza,
de la lucha, de la fuerza, de sabios y funcionarios
de muertos y médicos y sacerdotes y ahora, décadas
más tarde, siento el mismoasco. por supuesto,
sólo es la historia de un hombre, o una visión de la
realidad por un hombre”.

Este párrafo, más de algún lector que haya leído solamente a Medina diría: Pero ¿en cuál de sus libros escribe esto?
No. Es un párrafo del texto “Se busca una mujer” de Charles Bukowski, puesto por Enrique Medina en “Las Muecas del miedo” (1° publicación:1981)
Medina, a esa fecha ya habíaido a E.E.U.U.; Arizona, como profesor de Literatura Latinoamericana. ¿Fue allí que conoció a Bukowski? ¿Lo conoció personalmente? ¡Si Medina pudiese responder estas interrogantes! Sería algo así como revelar la intimidad de un escritor.
En el mismo libro Enrique Medina declara: “. . . Amo a Charles Bokowski”
Veamos dos aproximaciones de los propios escritores en cuestión:

“. . . Semetió en un bar que tenía el baño arriba.
No sabía si se tenía que poner en el meadero de
la punta o en el del medio.
Los otros dos llegaron casi en seguida
- la verdad que a mí me gustaría ver la de Alain
Delon, es más rico.
- Pero primero vamos a verla a la Taylor, me
encanta la gorda.
Se colocaron uno de cada lado. Carajo que eran
altos.
- Guapo . . .
Lo dijo en voz baja,...