Bullying
En los países más avanzados de Europa el acoso escolar comenzó a generar preocupación y a provocar la reacción de las autoridades desde finales dela década de los 80, siendo en nuestro país un motivo de preocupación desde hace escasos años.
En cierta manera ha ocurrido con este fenómeno algo parecido a loexperimentado con la violencia doméstica: hasta hace poco se consideraba algo inevitable y en cierta manera ajeno a las posibilidades de intervención judicial comoproblema de carácter estrictamente privado que debía ser solventado en el seno de las relaciones entre iguales, o cuando más en el ámbito de la disciplina escolar,sin intervención por parte de la jurisdicción de menores. Incluso las manifestaciones más sutiles de estos comportamientos antisociales tales como el aislamientodeliberado de un menor, exclusión o motes vejatorios han sido tradicionalmente toleradas sin más.
De hecho, muchos de los actos encuadrables en el acoso escolar hansido – siguen siéndolo aún – frecuentemente considerados parte integrante de la experiencia escolar, inherentes a la dinámica propia del patio del colegio, como unalección más de la escuela en la que como anticipo de la vida, el menor tiene que aprender a resistir, a defenderse, a hacerse respetar e incluso a devolver el golpe.
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