Buscando El Autentico Rostro

BUSCANDO EL AUTÉNTICO ROSTRO

«Me invitaron a una fiesta en la última noche de Carnaval. Todos debían ir vestidos con un dominó blanco, una careta negra y bailar sin decir una palabra. Todos aquellos disfrazados después de bailar comenzaron a ir y venir por las habitaciones alfombradas. A mí, el calor y la fatiga me habían dado jaqueca, de tal modo que me hallaba cubierto de un sudor fríoy temblaba como si tuviese fiebre. Sentía tal confusión que la sangre me iba subiendo al cerebro. Estaba a punto de desmayarme. Delante de mí vi un altísimo espejo que cubría casi media pared. En este espejo se veían reflejados todos los mascarones blancos y negros que giraban por todas partes. Me miré en el espejo y me espanté. ¿Quién soy? ¡Todos son idénticos, todos tienen el mismo aspecto!¿Dónde estoy yo entre todos ésos? ¿Dónde está mi "yo" entre todos esos extraños? ¡Pero yo quiero encontrarme! ¡Quiero buscarme! ¡Quiero verme, ser yo! Me he perdido a mí mismo...!»

Giovanni Papini narraba así la historia de si mismo y de todo hombre que en algún momento de su vida busca su verdadero rostro interior. Ocurre a ciertas personas que en el transcurrir de la vida se van perdiendo, afuerza de parecerse a todos, pierden su identidad, por un simple deseo de agradar a los demás o de ser aceptado. Es una experiencia particular la de saberse único e irrepetible, conocedor del propio valor personal y de mostrarse auténtico ante los demás.

En diversos pueblos, sobre todo en el norte europeo, se encuentra un mito de profundo sentido, el del “doble” o “espíritu acompañante”. Segúneso, el hombre es ante todo tal como está encarnado y vive visiblemente; pero además es otro, tiene su otro yo auténtico. Ese ser auténtico va siempre detrás del ser inmediato; por eso se le llama “espíritu acompañante” o “seguidor”. Por tanto, el hombre inmediato no ve al auténtico; sólo siente que está ahí; pero “detrás”, es decir, en el dominio de lo que no está dado. Una vez, sin embargo, lerodea, se pone delante de él y le mira; entonces, el hombre inmediato ve al hombre auténtico, y al verle, se conoce a sí mismo. Se podría decir, su Yo y su nombre se hacen una sola cosa.

Esta realidad se da en la vida de todo ser humano. Hay un Yo que aparece y un Yo auténtico. La clave de la felicidad esta en vivir de acuerdo al “Yo auténtico” y no al “Yo inmediato”. Surge una gran pregunta¿cómo descubrir al yo auténtico? Primero, tengo que ver lo que no soy, ver las características de mi yo aparente y después de ese proceso de purificación irá apareciendo el auténtico rostro.

Este proceso era descrito de manera artística por el mismo Miguel Ángel. Este gran genio del arte antes de tallar el mármol se pasaba horas contemplando la roca informe. Después de unos días estaba listo parainiciar su obra. ¿Qué hacía contemplando la roca? El decía que tenía que contemplar la roca para descubrir el rostro interior que estaba oculto por el mármol. El tenía que iniciar un proceso de ir sacando esa imagen oculta, quitando mármol que impedía ver la obra que estaba ya en el interior de la roca informe.

Entonces, hay que comenzar con un proceso de desmontar las apariencias del “Yoinmediato” que van llenando de una falsa ilusión. Para descubrir el verdadero rostro interior se debe empezar por reconocer lo que no-soy para ir descubriendo la esencia de si mismo.

Tengo una realidad biológica, física, corporal, pero no soy sólo eso, sin embargo, «me creo mi cuerpo». Suele suceder que complazco a mi realidad biológica, a tal punto de abandonarme a los impulsos biológicos sin ningúncontrol ni racionalidad. Le puedo dar una atención desmedida, casi enfermiza a mi salud física, generando ansiedad e inseguridades. O también se manifiesta por una falta de aceptación de la propia realidad física, es decir, color de piel, estatura, color del cabello, características corporales y se produce una tensión angustiosa por aparecer agradable a los demás. Me identifico con las...