Buscando un sonido

Buscando un sonido

El mundo está lleno de hermosos sonidos… -pensó Enrique, una mañana
¿Cuál será el que me guste más? Y abandono su cama cuando sus papas dormían, aun decidió averiguarlo.
Bajo en puntas de pies las escaleras hacia la sala.
-Ñiin, ñaan, ñaan… -Hicieron los escalones de madera a medida que el chico los iba pisando.
Presto atención pero –enseguida – decidió: no. Este no esel sonido que más me gusta.
Entro en la cocina. El agua que caía de la canilla lo saludo alegremente: -Plin, plin, plin…
El gato que se desperezaba en el lumbral, se le acerco y se restregó entre sus piernas
Ronroneando mimoso: -Rrrr… Rrrr…
Enrique se ajusto el único tirador de su pantalón y salió rumbo al establo
Un desafinado coro de pajaritos recorrió sus oídos no bien atravesó la puertade su casa:
-Piop pip piop pip pip pip piop pip pip pip…
Poco después ¡Qué alboroto en el establo! Enrique escucho las queridas voces de todos sus animales.
¿Adivina como hizo la vaca?
¿Cómo canto el gallo?
¿De qué modo gritaron los patos?
¿Cómo le hablaron las dos ovejitas?
¿Qué tal se oyó a Don cerdo y a su familia –colita- enrulada?
-Cada animal emite un sonido distinto… PensóEnrique- y son muy lindos todos…
Pero aun no he encontrado el que más me gusta… - y dejo el establo-
Entonces se le ocurrió ir hasta el bosque cercano a su casa.
Lo primero que oyó al aproximarse, fue el viento chismoso: Bsh… Bsh… Bsh… Bsh…
Las hojas secas hacían un delicioso ruidito al ser pisadas: -Crip… Crip… Crip…
De pronto, -¡Troc! – una rama se quebró debajo de sus pies.
Los mosquitoscharlaban sin para alrededor se su cabeza. –ZZZZZ… ZZZZZ… ZZZZZ….
¿Qué sonido hará ese gusanito arrastrándose sobre aquella hoja? –pensó el chico
Pero por más que le acerco una oreja… no oyó nada.
Tampoco pudo oír el aletear de las abejas… ni el de las mariposas…ni siquiera la marcha de tantas hormiguitas…
-Hay sonidos tan suaves que no puedo oírlos… -Descubrió Enrique- , pero tan sabia reflexiónfue interrumpida
Por los TOC TOC de dos piñas que desprendidas del árbol cayeron a su lado.
Cuando Enrique volvió a su casa ya era el medio día.
Una olla cantaba sobre la hornalla de la cocina.
La escoba de mama se arrastraba sobre las baldosas.
El timbre anunciaba la llegada del cartero.
-¡Qué lástima! Esta tarde no voy a poder salir a buscar el más lindo sonido…
Parece que va a llover…-Suspiro Enrique, acodado justo a la ventana de la sala- y así fue.
La lluvia empezó caminando de punta sobre el tejado: -Tlip… Tlip… Tlip… Tlip… al rato zapateaba.
Luego se apago con algunos Glop-Glop de vez en cuando.
Pero ya era tarde para salir. Enrique debió conformarse y esperar hasta el día siguiente.
-¡Mañana encontrare el sonido que más me gusta! –le dijo a su mama.
Pero ella no leescuchaba: de su boca salía el dulce tarareo de una canción de cuna dedicada a su hermanita Ely
Ely se quedo dormida primero. Enrique después
No era todavía la siete de la mañana, cuando partió en su bicicleta, rumbo a la ciudad.
Iba en busca de su sonido.
Nunca le pareció tan aburrido el largo camino de asfalto…
Nunca le molesto de ese modo su flequillo rubio sobre los ojos… ¡Finalmente… laciudad!
¡Cuántos sonidos ruidosos!
Tuuut, Tuuut los ómnibus…
Raam, Raam, Raam los camiones…
Chucu chucu chucu chucu el tren…
Plim dong bang chac toc… una obra en construcción…
Jiiiii… los frenos de los automóviles…
-No, aquí no encontrare el sonido que mas me guste…
-Se quejo Enrique, después de recorrer la ciudad toda la mañana. Y decidió volver a su casa.
Fue en ese instante: las campanasde la iglesia cubrieron los ruidos de la ciudad.
¿Eran golpes grises cortando el aire con cada Din Don Dan?
¿Eran líneas azules entremezclando con los rayos del sol?
Enrique se quedo quieto, muy quieto, hasta que el ultimo Din Dan se borro en el espacio.
El gran reloj de la torre señalaba las doce.
Entonces se dio cuenta.
Entonces lo supo: Enrique había visto como de cada campana salía...