Buscando A Alaska

-Una semana antes de marcharme de florida, y abandonar mi familia y toda mi vida para irme a un internado al norte de Alabama, mi madre decidió darme una fiesta. Lamentablemente, solo asistieron dos personas-explique a Will quien hace unos minutos había llamado para justificarse por no asistir a la supuesta despedida, en unos segundos cuelga y nos despedimos con un adiós seco y el ultimo.Cundo terminé la llamada, fui hasta el sofá donde se encontraban mis padres a mirar un poco de tv. Me recosté y suspire un poco.
-¿por eso te vas, Miles?- preguntó mi madre.
-eh, no-dije.
-¿entonces?-preguntó ella otra vez
-¿por mí?-mi padre intervino.
-esperen- fui hasta mi habitación y busque la biografía de Francois Rebelais- este chico, Francois Rebelais, era un gran poeta, y en sus últimaspalabras dijo: me voy en busca de un gran quizás. Por eso me voy, para buscar mi gran quizás.
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Mi padres y yo habíamos llegado a Culver Creek, el día estaba caluroso y pegajoso.
Mis padres insistieron en ayudarme a desempacar pero yo me negué rotundamente.

-yo puedo desempacar, madre.
-déjame por lo menos tender la cama- . dijo.
-no, de verdad, yo puedo solo -les sonreí desde la cama. Ambos seencontraban ya en el umbral de la puerta.
-¡Dios, te vamos a extrañar!-. dijo y me abrazo enérgicamente.
-no se preocupen, estaré bien, enserio- aseguro.
-no hagas nada tonto. Nada de beber, nada de drogas y fumar- dijo mi padre seriamente, luego, me abrazo.
-te queremos- fue lo último que dijeron antes de marcharse.

Decidí darme una ducha. Salí con una toalla enrollada al torso y vi a mi nuevocompañero. Era una chica.

-Soy Chip Martin- me quede boqui abierto.
-¿Por qué eres una chica?- pregunté entrecortado.
-no se la repuesta. Ahora, solo limítate a vestirte y apresurarte, necesito que me ayudes.

Me vestí rápidamente, antes tomando un par de cosas de la maleta.
-soy Miles Healter, me gusta memorizar la últimas palabas de la gente- me presenté.
-aja- hizo una pausa- Miles de millas,como el poema.- hice una cara de confusión, ella al verme solo respondió:- olvídalo, ven. Espero que seas mas fuerte de lo que pareces.
La idea era traer una mesa y un mueble a la habitación, lo hicimos. No dijimos ni una sola palabra.
-esta es la mesa de café y con este mueble, serán la estación de juegos. Aquí jugaremos a la play station, claro, si me caes bien. Ahora Miles… solo te diré unascosa. No seré tu acceso social. De seguro fuiste a una publica, me cae mal los ricachones arrogantes y si me delatas de algún modo, estas muerto.
-ok..-balbucee.
-ento­nces llámame coronel, no chip, no hagas preguntas sobre eso. A ti te llamaremos… Gordo, perfecto, gordo.
-¿que ?
-gordo, porque estas delgado. Se llama ironía gordo. Ahora, vamos a comprar cigarros.

Caminamos hasta una habitación.Ella toco la puerta y se oyó:
-pasa, chica pequeñita, tengo algo gracioso que contarte.
Dejamos la puerta abierta por regla.
Entonces mi atención se dirigió a la chica más sexy que había visto.
Hablaron un poco y rieron, entonces ella dijo:
-¿Quién el chico que no se ríe de mi chistosa historia?
-ah, Alaska, él es el gordo, memoriza las últimas palabras de las personas.
-tengo que contarle atakumi- dijo divertida.
-entonces está bien, nos vemos en el lago en unos minutos.-dijo el coronel
Fuimos hasta el lago y sacaron una caja de cigarrillos.
-¿quieres uno?- pregunto el coronel
-¿es seguro aquí?-pregunte.
-no-dijo ella. Entonces acepte.
-¿fumas mucho?-pegunto el coronel.
-no, nunca lo he hecho.-me encogí de hombros.
-bueno, no deberíamos tardanos mucho. El águila puede estar al asecho-rio-, el águila es el decano, el señor Starnes. Te casara y te hará hacer trabajos estúpidos.

Siguio fumando un poco.
Bueno, gordo- se sacudió los pantalones de mezqulilla- es hora de que vaya a buscar mi anovio. Me llevare los cigarros, no fumare.- y se fue.
Alaska llego.
Ella me invito a sentarme con un ademan y así lo hice.
-me parece interesante lo de las últimas palabras- rio.
-si....