Buscando a Dios en Disney

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Hermógenes Nagles

BUSCANDO A DIOS EN
DISNEY
Alien 9832…inmigrant U.S.

Crónicas periodísticas

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©

ISBN

CRÉDITOS EDITORIAL

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PREFACIO
Esta novela, sumatoria de mis años vividos como inmigrante
colombiano en los Estados Unidos, la dedican mis sentimientos:
Al Dios del cielo y de la tierra, fuente y manantial de mi inspiración.
A José, María y Jesús deNazareth, los primeros desterrados de
la tierra en tiempos de Herodes.
A mis padres, Nicolás y María que me trajeron al mundo para
contar historias de inmigrantes.
A mis hijas, Diana, Catherine, Oriana, Tefa que acompañaron
mis primeros días de exilio.
A Juan Nicolás, Mía, Lucca, Siena y Franco, los hijos de mis
hijas que nacieron en el país de Disney luego de recibir en
Miami la bendición deun asilo político.
A ti Ana Milena, que seguiste mis pasos con amor y valentía.
A Nicole y Hannath que hicieron feliz mi retorno a casa y el
inicio de mi segundo proyecto de vida.
A todos los emigrantes y asilados del mundo.

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EL VIEJO HOMBRE

Yo no tenía por qué saber la hora, el mes, el
año, ni el día cuando debía morir el Viejo hombre.
Un mocetón con cara de malandrín, quesaltó
de entre los matorrales de pino que bordean el cerro
del Señor de Monserrate, le disparó certeramente a
la cabeza.
Entre la abundante claridad de esa mañana
bogotana, su enésima víctima pudo ver, nítidamente,
el revólver de cacha ennegrecida y la mano sucia
que apuntaba, sin crisparse, sin el más leve asomo
de temblor o nerviosismo.
Su índice derecho, hizo clic al gatillo una
solavez.
El viejo hombre no mostró miedo. Tampoco
hizo una mueca de dolor. No sintió rabia, mucho
menos odio contra su agresor.
—Este muchacho tenía la misión de matarme
aquí en la tierra —pensó con resignación.

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La visión del periodista se obnubiló. Semiinconsciente contempló sereno la que sería, su propia muerte.
En el instante en que el viejo hombre se disponía a entregar su alma alTodopoderoso, entre esa
incandescencia sobrenatural y la insoportable luz
solar del mediodía, su mente dejó ver la dolorosa
escena del viacrucis y la crucifixión de Cristo. Su
vida se desvaneció en un gozo celestial.
Auto, aura y cuerpo astral fueron envueltos
por una luz blanca, muy blanca y refulgente.
La nube luz gravitó varios minutos muy
cerca del cerro y se fundió en el cortinaje debrumas.
Un año después de ocurrido el in suceso,
tratando de buscarle el significado cristiano a esa
elucubración divina que ahora le refiere su pariente,
Biblia en mano, Luz de la Estrellas le recuerda con
voz muy dulce, que desde la última venida del Cordero, la paga del pecado es la muerte.
—Pero tú mi Hermo, debes alegrarte porque
venciste la muerte. ¡Aleluya!
—Ese día murió el viejohombre. Ahora eres
una nueva criatura que pasaste a ser revelación de
Dios.
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—Sólo él sabe, en su Santa Voluntad, para
qué te tiene predestinado.
—Dios no dejó que ese hombre acabara con
tu vida!
—Aquella luz tan blanca fue el manto de su
túnica con que el Señor Jesucristo te cubrió esta vez.
—Acuérdate que Jesús enseñó que quien
guarda su palabra nunca verá muerte, así ande en
vallede sombras.
Así, en pocos segundos, Luz de las Estrellas
descifró el misterio. Con amorosa prédica le hizo
entender al periodista que como Dios todo lo puede,
hace invisible a sus hijos cuando sus vidas afrontan
el peligro.
—El hombre sí te disparó, pero no te vio…
¡Dios te escondió del enemigo!
—Si Nuestro Señor Jesucristo, pidió a su
Aba Padre que perdonara a los que le azotaban yvejaban, tú, mi Hermo, estás en el deber de bendecir
también a quien iba a ser tu homicida.
—Tienes que buscarlo y sanar ese mal espíritu de carne para que no peque más.

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—Papá, voy a asilarme en los Estados Unidos. Es que no vale la pena seguir viviendo en un
país en el que lo matan a uno por deporte.
Mi viejo no soportó el ritual de la despedida
y se aferró a mí en un conmovedor...