BUSCÁNDOTE

Capitulo 1.

El vaho salía de su boca mientras corría entre las casi vacías calles del distrito 18 parisino. Las gotas de lluvia recorrían su cara mientras se mezclaban con las lágrimas que ahora le caían desde los ojos. Notaba las piernas cansadas a pesar de dedicar la mayor parte de su tiempo libre a entrenarlas. No había comido nada en las últimas 24 horas y comenzaba a pasarle factura.Se acababa de quedar sin una idea para mantenerse viva. No sabía a dónde dirigirse y ya no podía echarse atrás. Le dolía todo, el estómago le rugía y comenzaba a ver borroso. Visualizó las caras de las personas que más quería en el mundo: sus padres, su hermano mayor Josh y la pequeña Annie, eso le hizo incluso sentirse más débil aún. ‘’Este es mi fin. ‘’ pensó mientras se desvanecía y elfrío suelo le daba la bienvenida.
···
‘’Emma Jordan, 17 años. La han encontrado en la calle inconsciente.’’
Eran las frases que le venían a la cabeza a Emma cada vez que abría los ojos al despertarse. Aún tenía fresco el olor de hospital, aquel que tanto odiaba, en sus fosas nasales.
Emma rodó los ojos y se sentó en su nueva cama. Sus padres volvían a discutir en la planta baja de su nuevacasa.
Volvió a observar las cuatro paredes que la rodeaban. La habitación estaba llena de cajas empaquetadas de los pocos recuerdos que no le producían dolor. ‘’ ¡Qué irónico!-pensó-Que unos simples objetos me produzcan tanto dolor cuando son las personas quien realmente los causan. Y a pesar de todo, no nos alejamos de ellas.’’
Se habían trasladado a un pequeño pueblo costero del sur deInglaterra, donde nada le podría causar daño. Su casa era grande, no tenía nada que envidiarle a su residencia parisina. Tenía grandes ventanales por los que se veía el mar de fondo y entraba la luz solar los días que hacía buen tiempo. Constaba de dos plantas; la primera con baño, comedor, sala de estar y cocina, a medio decorar. Aunque eso a ella no le importaba, no pensaba abandonar mucho suhabitación. Comenzó a sacar sus libros de las cajas y a ponerlos en las estanterías. ‘’Finge normalidad. ’’ Se decía constantemente.
Cogió los últimos libros que le quedaban por colocar y fue a colocarlos en la mesita de noche. Tenía más de 100 libros, y no todos cabían en las estanterías. Se lo había temido, pero no le importaba. Quizá podía donar algunos, total, nunca releeía un libro. Legustaba conservar su primera impresión de ellos.
-No sabía que habías traído todos sus libros.- Le dijo una voz a sus espaldas.
Emma se dio la vuelta y le sonrió a su madre. Sentía mucho todo el daño que le había causado en los últimos meses, pero ella había sido culpable en parte por no haber huido a tiempo. Por creer que la vida que vivían era la adecuado.
-Son parte de mí. Sería imposibledejarlos allí.- Le contestó sin más, por una vez desde el corazón.
Lo tenía todo a su alcance, todo lo que pidiese. Sus padres le habrían consentido cualquier cosa, pero sin embargo, desde que tenía uso de razón, lo único que les había pedido a sus padres había sido libros. Era feliz metiéndose en la piel de los protagonistas, viviendo una vida que no era la suya.
-Me alegro de que lo hicieses,Emma. – Le dijo sonriendo por primera vez en muchos días.
La muchacha la observó caminar fuera de la habitación. Su pelo era rubio y corto, a su madre jamás le gusto llevar el pelo largo. Era una mujer más bien baja, y de caderas pronunciadas, un pecho normal, y un porte elegante. Toda un misterio, toda una líder.
-He pensado… Que quizá podría donar mis libros viejos…Quizá a la bibliotecalocal. – Dijo hablando algo más fuerte para que su madre la oyese.
-Por supuesto, cariño. Me parece una idea genial. Si quieres te…
-¡No! Quiero hacerlo todo yo sola. No necesito que me ayudéis.
Odiaba que la intentasen ayudar con todo. Ya era mayor para hacer lo que quisiera y a su manera. Comenzaba a alterarse de nuevo, así que siguiendo el consejo de su psicólogo, se sentó en la cama y comenzó...