Butaca no numerada
Sentado en una vieja Butaca no numerada de terciopelo rojo, el autor se lanza a una reflexión impúdica todos los miércoles sobre cualquier cosa que se atreva a moverse por las pantallas, sean éstas de cine o no. Alberto Haj-Saleh es editor de LdN y autor de la columna Teatro Abandonado.
Epílogos
Hay muchos guionistas y directores de cine que no puedenresistirse a poner un epílogo más o menos largo después del clímax de la película. A veces, si tienen ganas de rizar el rizo, llegan a introducir un segundo clímax que, por fuerza, es mucho menos intenso que el inicial, que aparece como culminación de una escala ascendente dentro del ritmo narrativo.
Me refiero a ese momento en el que el desenlace de la historia tiene lugar, el héroe se enfrenta alvillano, la chica rescata al chico o el oso panda se declara a la osa panda. Uno ve ese final y se echa hacia atrás en su asiento esperando ver aparecer los títulos de crédito. Pero ¡no! Después de ese momento en el que realmente parecía que todo había acabado, la película todavía dura treinta minutos más: para atar cabos, para dar todavía una sorpresa más o porque los autores sienten lanecesidad imperiosa de que todo quede masticadito y explicadito.
Soy muy contrario a los epílogos, por si no queda claro. En general cualquier añadido al final de una película suele ser sobrante y el sentido común me dice que mejor quedarme con ganas de más que salir harto del film. Mucha gente acabó desesperada de la tercera parte de El señor de los anillos con aquellos cuarenta minutos que seguían aldesenlace de la batalla final. Déjame terminar en lo más alto, no te empeñes en volverme a bajar a tierra, ¿no?
En cualquier caso, cuando un epílogo acierta, cuando el director te convence de que esos minutos extra de después del clímax son necesarios, entonces asistimos a un momento especial y diferente en el cine: el de esas (pocas) películas que logran controlar y dirigir el “regusto”, el saborde boca con el que vas a salir de la sala y con el que, a la postre, te quedas. Es el caso de El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (Andrew Dominik, 2006), donde la lógica nos dice que el punto culminante del film y su conclusión debe ser el momento en el que Ford (Casey Affleck) dispara por la espalda a Jesse James (Brad Pitt) acabando con el bandido más famoso del oeste. Pero no;la película se detiene a observar todo lo que ocurre después de ese instante: cómo el asesinato alargó la leyenda del pistolero y creó una nueva, la de su cobarde asesino; después acompaña a Robert y su hermano Charley (Sam Rockwell) en su intento de vivir de la leyenda que habían creado, a base de representaciones teatrales y espectáculos lamentables en bajos cabarets; y finalmente se para afilmar el final del propio asesino, que un día se creyó llamado a ser un héroe y sólo logró ser repudiado en vida.
En algo menos de media hora, Dominik cuenta una segunda historia que complementa y completa a la primera, dignificando la palabra “epílogo” y dando un sentido de círculo cerrado a una película magnífica y redonda.
Epílogo del Libro “A las Puertas del Ubérrimo” de Iván Cepeda yJorge Rojas
"A las puertas del Uberrimo" Iván Cepeda y Jorge Rojas
“A las puertas del Uberrimo” escrito por Iván Cepeda Castro ( No 103 en el tarjetón del polo para Cámara de Representantes por Bogotá) y Jorge Rojas ha sido reconocido como uno de los libros más vendidos en el 2009. Más de 15 mil ejemplares y cinco ediciones se vendieron en Venezuela y Colombia. La editorial Randam House Mondadori, SelloDebate, afirma que este libro fue el éxito comercial del año. Los vendedores de libros piratas declararon que la navidad del 2008 la salvo la venta de este libro, y no dudaron en expresar su agradecimiento a los autores. Igualmente ha sido uno de los libros que más solicitudes de descarga gratis ha recibido en la web.
Epílogo de A las puertas de El Ubérrimo
En las últimas dos décadas Córdoba, como...
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