cabeza
Nada mas aterrador esta semana que la noticia de la decapitación de James Foley, un reputado periodista norteamericano asesinado a manos de Estado Islámico conocida como EI. Unaorganización terrorista en Irak que tiene bajo su control vastos territorios de este país.
La publicación del video del violento asesinato generó toda una ola de reacciones en las redes sociales porla falta de consideración, de humanidad, y respeto por la víctima.
Pero no fueron pocas las personas que sin poder controlar su morbo alcanzaron a ver las terribles imágenes.
Ahora los medios,han decidido no mostrar el video, pero sabiendo que su búsqueda genera tráfico han publicado toda serie de noticias alrededor del tema con las imágenes correspondientes, mencionándolo en susprimeros párrafos. Una estrategia que en internet se usa para generar tráfico y atraer descargas y entradas.
Yo no creo ser capaz de ver una cosa tan brutal. Pero debo admitir que apenas vi el titular dela noticia hice click pensando que se podía ver el video. Afortunadamente tuve tiempo de pensar y decidí que racionalmente no tengo interés alguno de ser testigo de un acto tan salvaje.
Sinembargo me llamó la atención mi primer instinto. Una curiosidad malvada que todos los seres humanos tenemos. A veces la escondemos, la disculpamos, la maquillamos, pero ahí está. Y los terroristas lo sabenmuy bien.
De hecho, fue otra decapitación y posterior divulgación (Película de Hollywood incluida) lo que disparó este modelo de ejecuciones entre estos grupos terroristas.
Me refiero alterrible asesinato de Daniel Pearl – periodista entonces del Wall Street Journal – secuestrado y luego ultimado por Alqaeda en Pakistán en 2002.
Aunque la decapitación se practicaba desde 1998, fuedesde 2002 cuando se convirtió en uno de los métodos mas usados por estos grupos para aniquilar a sus secuestrados. La atención recibida, al parecer , aumentó su predilección.
Un círculo vicioso...
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