Cabral Violencia
-La violencia en la comunicación.
No es fácil definir qué es la violencia. Lo que sí se puede sostener es que ahí donde alcanza cuotas elevadas, como sucede en sociedades como la salvadoreña, se convierte en un acicate para la privatización de la vida social. Dicho lo anterior, conviene señalar que la violencia se puede concretar (y de hecho se concreta) endos contextos sociales bien delimitados: un contexto o ámbito privado y un contexto o ámbito público. Toda la gama de relaciones sociales violentas que se generan en el seno familiar, escolar o laboral pertenece a una violencia que se ejerce en un espacio privado. Por su parte, toda la gama de relaciones sociales violentas que se generan en calles, avenidas, plazas y estadios —en fin, las múltiplesformas de la violencia urbana— son propias de una violencia que se ejerce en un espacio público, entendiendo por tal la esfera en la cual los individuos no sólo interactúan con los "Otros", sino en la que se convierten en ciudadanos.
Ambos tipos de violencia —la que se ejerce en el ámbito privado y la que se ejerce en el ámbito público— han dado pie a las más diversas investigaciones yreflexiones desde la sociología, la economía y la criminología. Sin embargo, aunque la violencia que se ejerce en el espacio privado es sumamente grave y dolorosa para las víctimas, es la que se ejerce en el espacio público la que más ha llamado la atención no sólo de analistas e investigadores, sino de periodistas, comentaristas, fotoperiodistas y editorialistas de los medios de comunicación. Es sobreesta violencia que los medios de comunicación hacen su labor de lectura y relectura; es esta violencia, junto al espacio público en el cual se ejerce, la que es recreada y representada por los medios para los ciudadanos, cuyas experiencias reales de violencia son filtradas (leídas e interpretadas) a la luz de la lectura e interpretación mediáticas.
Las razones por las cuales la violencia que seejerce en el espacio público es la que más eco tiene en los medios de comunicación son múltiples y complejas. Sin embargo, destacan cuatro: primero, su misma publicidad, es decir, el estar a la vista de terceros, lo cual impide que sea una experiencia exclusiva de sus agentes y victimas directos; segundo, su facilidad para ser tratada como información, esto es, como un hecho que puede ser comunicado aotros con el respaldo de unas pruebas mínimas; tercero, la facilidad con la que sus víctimas y victimarios se convierten en actores anónimos —en gentío, como diría Carlos Monsiváis—, con lo cual es fácil reducirla a cifra, a número, diluyendo (u obviando) el drama individual de quienes se ven involucrados en ella; cuarto, su mayor brutalidad y gravedad, que facilita el uso mediático de ella, nosólo en el plano de las imágenes —lo cual es obvio—, sino también en el plano de los énfasis interpretativos (por ejemplo, dando pie a la formulación de hipótesis sobre los motivos de los victimarios o sobre su identidad) que van más allá del hecho mismo de violencia del cual se pretende informar a los ciudadanos.
Asimismo, la violencia que se ejerce en el espacio público obliga a los ciudadanos arefugiarse en el ámbito privado, donde prolifera otro tipo de violencia, oculta a la vista de todos, salvo de sus víctimas y victimarios directos. Es decir, la violencia que se ejerce en el espacio público es un aliciente para la privatización de la vida social, para la retirada de los ciudadanos de plazas, parques, calles y avenidas, y para su atrincheramiento en esos refugios amurallados, congruesos muros y barrotes a su alrededor, que son las casas y residencias de la mayoría de ciudades latinoamericanas. La violencia real —cuya magnitud se ve reflejada en las estadísticas de criminalidad— obliga a los ciudadanos a hacer del espacio público un mero lugar de paso, cuando no de huida, lo cual depende de cuán fuerte sea en el mismo la violencia y cuán "señalizado" haya sido el mismo...
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