Cabrujas_Jose_Ignacio _El_dia_que_me_quieras

Páginas: 61 (15200 palabras) Publicado: 28 de enero de 2016
El día que me quieras
José Ignacio Cabrujas

José Ignacio Cabrujas, El día que me quieras y Acto cultural, Caracas: Monte Ávila, 1990.
Coedición con

Portadas de algunas ediciones de obras de José Ignacio Cabrujas

Índice
Prólogo, Ibsen Martínez
Reparto
Canciones
Primer tiempo
Segundo tiempo
© Monte Ávila Latinoamericana, C.A., 1989
Apartado postal 70712, Caracas 1070, Venezuela

Prólogo
IVosotros, comunistas, os habéis
acostumbrado a exaltar sin amor,
a denigrar sin odio.
(Pier Paolo Pasolini, Las cenizas de Gramsci)
Dos observaciones disyuntas pretextan esta nota: a) Cabrujas estrena El día que me
quieras hacia el final de una década cuyo paisaje moral estuvo —y no sólo entre
nosotros: también en Europa— dominado por una desilusión política que no osaba
decir su nombre.
b) Gente másdocta que yo ha dictaminado que toda simbolización es arbitraria.

1

Ello debe ser cierto porque, puesto en el trance de proponer una imaginería que dé
cuenta cabal de aquellos años, ninguna me asalta más arbitrariamente que aquella
fotografía de agencia noticiosa que nos entregó a Salvador Allende enfundado en un
sweater de diseño ajedrezado bajo su austero traje de casimir, tocado con un cascode
acero, empuñando un fusil de asalto AK 47 de fabricación soviética, mirando a lo alto,
tratando de discernir al enemigo —¿aviones sublevados?, ¿algún francotirador
sedicioso?—; en suma, acatando su destino de donoso utopista constitucional, de cortés
redentor aventado a una arena de generales y de dólares, como un protomártir
socialista echado a merced de los leones de un circo transnacional.
Nohay, sin embargo, ultrajado asombro en su mirada; hay casi el alivio macabro de
volver a topar, en el último minuto, con esa vieja magia negra latinoamericana que nos
ha condenado a ser, desde los tiempos de la Malinche, el paraje del mundo donde
mejor y más ruidosamente fracasan todas las hipótesis, donde se revienen todos los
proyectos; desde el proyecto independentista, enciclopedista yliberal que —eso
esperaba Bolívar— iba a hacer de nuestras naciones una vasta Pennsylvania andina y
jefferssoniana hasta la quijotesca y viril proposición guevarista de sembrar en América
Latina ´dos, tres, muchos Vietnamsª.
Los setenta fueron los años que agotaron todos los segundos alientos, todos los
propósitos de enmienda del movimiento comunista internacional, todos sus esguinces
tácticos yestratégicos, todos sus sicoanálisis en los que el diván era sustituido por el
paredón de fusilamientos, todos sus gestos, todos sus designios y todas sus liturgias.
Aquella gran humanidad que había dicho ´¡basta!ª para ponerse en marcha, de que
hablara el Che, no pudo cumplir la cuota demencial de 10 millones de toneladas de
azúcar que Fidel Castro fijara como punto de honor de autarquía revolucionariay
antimperialista.
La victoria vietnamita sobre el Goliath estadounidense condujo de inmediato a las
atrocidades genocidas de Pol Pot en Kampuchea.
Los mundanos, cartesianos dirigentes del occidentalísimo comunismo italiano no
lograban hacer cuajar su retórica del ´no se alarmen: somos italianos antes que
comunistasª: los italianos les pagaban, elección tras elección, con la misma moneda de
quehablaba Pasolini: exaltarlos sin amor y denigrarlos sin odio: los elegían para
alcaldes de Bologna pero jamás para ocupar el Palazzo Quirinale en Roma. En
Francia, el Secretario General del PC, Georges Marchais, cortejaba votos agitando la
nada internacionalista bandera chauvinista.
El zar Leonid Brezhnev hacía aprobar ante el Soviet Supremo planes quinquenales de
corrupción planificada y la condenade exilio interior y muerte civil para Andréi
Sajárov.
Louis Althusser, notable filósofo francés que propugnaba la vuelta a las fuentes
´clásicasª del marxismo y desechar toda exégesis, estrangulaba a su esposa al final de
un turbio episodio académico...
Era la bajamar de las utopías.

2

¿Puede extrañar que muchos hayamos visto en El día que me quieras una acre
transmutación de nuestras...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS