Caca
MENSAJERO.
El mismo y por su misma mano: irritada protesta contra el asesinato perpetrado por su padre.
Desaparecen tras la puerta Eurídice y lasdoncellas.
CORIFEO.
¡Oh adivino, cuán de cabal adivino fueron tus palabras!
MENSAJERO
Pues esto es así, y podéis ir pensando en lo otro.
Tras un breve silencio, reaparece Eurídice quebaja hasta la mitad de la escalinata y luego se acerca hasta ellos para oír el discurso del mensajero.
CORIFEO.
Ahora veo a la infeliz Eurídice, la esposa de Creonte, que sale de palacio,quizá para mostrar su duelo por su hijo o acaso por azar.
EURÍDICE.
Algo ha llegado a mi de lo que hablabais, ciudadanos aquí reunidos, cuando estaba para salir con ánimo de llevarle mis votos a ladiosa Palas; estaba justo tanteando la cerradura de la puerta, para abrirla, y me ha venido al oído el rumor de un mal para mi casa; he caído de espaldas en brazos de mis esclavas y he quedadoinconsciente; sea la noticia la que sea, repetídmela: no estoy poco avezada al infortunio y sabré oírla.
MENSAJERO.
Yo estuve allí presente, respetada señora, y te diré la verdad sin omitir palabra;total, ¿para que ablandar una noticia, si luego he de quedar como embustero? La verdad es siempre el camino mas recto. Yo he acompañado como guía a tu marido hacia lo alto del llano, donde yacía aúnsin piedad, destrozo causado por los perros, el cadáver de Polinices. Hemos hecho una súplica a la diosa de los caminos y a Plutón32, para que nos fueran benévolos y detuvieran sus iras; le hemos dadoun baño purificador, hemos cogido ramas de olivo y quemado lo que de él quedaba; hemos amontonado tierra patria hasta hacerle un túmulo bien alto. Luego nos encaminamos a donde tiene la muchacha sutálamo nupcial, lecho de piedra y cueva de Hades. Alguien ha oído ya, desde lejos, voces, agudos lamentos, en torno a la tumba a la que faltaron fúnebres honras, y se acerca a nuestro amo Creonte para...
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