Caca

No es fácil ser adolescente. Muchos menos cuando tus padres, por razones poco claras, te inscriben en una preparatoria de supuestos altos estándares, donde cada profesor parece empeñado en hacertecreer, a través de exigencias y tareas sin fin, que su materia es fundamental para el equilibrio del cosmos.

El infierno azul, le decíamos: por el color primario usado en las paredes y en losuniformes. Siempre me pregunté si era casualidad que justo a éste se le vinculara simbólicamente con el conocimiento y con la inteligencia. ¿Acaso alguno de los egregios fundadores había querido plasmar,mediante brochazos y costuras, sus intenciones y sus buenos deseos?

–No te emociones –me decía Angie, con ese tono tan suyo que le hacía parecer asidua consumidora de enervantes–: blau, en alemán, es“borracho”…

–Quizá haya lugar para el entusiasmo –sentenciaba Ariel, recién desempacado de Europa, tras un año de intercambio–… En Inglaterra, una blue movie es una porno…

La sonrisa se noscongeló, sin embargo, cuando el profesor de Taller de Lectura y Redacción I nos compartió que, en ruso, la palabra azul se emplea como modismo para lo gay.

De cualquier forma, entrar a tercer semestre meprovocaba emociones discordantes. Cada vez me caían más responsabilidades, pero me sentía lejos aún de la universidad. Agréguese la esquizofrenia de mis padres, que me demandaban comportamientosadultos a la vez que intentaban seguirme controlando como si tuviera yo cuatro años, y se entenderá la pesadumbre que me invadió en el momento de cruzar el portón, justo a las 6:40 de la mañana, para elinicio de clases.

Examiné las listas en el tablero de avisos: la directora no sólo había revuelto los grupos, sino que los había movido de espacios. Mi nuevo destino era, pues, un salón casiimposible, justo a un lado de la cafetería, por lo mismo impregnado siempre de olor a antojitos. De hecho, según el horario y mis cálculos, la clase de Matemáticas y el freído de empanadas de pollo...