cacacaca
JAVIERCASTROALIFA
1. LA CARTA
Era un sábado normal, como otro cualquiera, estaba viendo una película con mis dos hijos, Migue y Yolanda, no me acuerdo de la película, pero sí recuerdo que Raquel estaba agarrada a mí con uñas y dientes y Migue estaba cada vez más cerca de la tele.
De pronto, mi mujer, Yolanda, entró en casa con cara seria, a mí me extrañó mucho pero aúnmás cuando me dijo:
Javi, podemos hablar en la cocina.
¿Qué pasa? - le pregunté.
Ven.
Fui con ella a la cocina, cuando estuvimos los dos allí me entregó una carta, de pronto mi cuerpo sintió un gran escalofrío, era una carta del pentágono con el mismo sello que las cartas que me mandaban cuando tenía que hacer alguna misión o algún reclutamiento, de pronto me llegaron un montón de ideas depor qué me mandaban esa carta, pero la que más me convenció fue la que el mundo vivía, desde hace 4 semanas, en Estados Unidos, en su parte este, desde Florida hasta Nueva York, un ejército ruso consiguió penetrar en el país y creó una guerra que ha desatado un 100% de sufrimiento a las personas que vivían allí, pero por el lado contrario deseaba que fuera una carta para un reclutamiento, perocuando la abrí vi que no era así:
Estimado Coronel Castro:
Le pedimos por favor que se presente el 18 de julio en la puerta principal del pentágono para una misión especial cuya ayuda suya es imprescindible.
Un cordial saludo:
Jordan Smith, jefe del pentágono.
No puede ser. - dije con un temblor en el cuerpo y un sentimiento de pena porque si esto fuese verdad me habían destrozado la vida. – Esque no puede ser, no, no y no, llevo retirado 10 meses, no puede ser.
¿Qué vamos a hacer? – me pregunto con lágrimas en los ojos Raquel.
Debe ser un error, mañana iré a ver al ministro de defensa para que lo arregle todo.
Vale.
Bueno ven a terminar de ver la peli con nosotros y así me quitas de encima a Raquel que me va a asfixiar.
Nos fuimos con los niños a terminar de ver la peli, pero,claramente, no estaba pensando en la peli, ni si quiera por la misión, solo pensaba en el daño que haría a mi familia.
No dormí, no cené; me levanté a las 3 de la mañana y me fui a correr, llegué a las 7, Raquel estaba en el sofá desayunando, le di un susto:
¡Buh!
Haaaa, tonto, no me des esos sustos. – se cabreó con migo.
¿Qué haces aquí?
Me he levantado un poco más temprano y me he hecho eldesayuno.
Que mallorzota.
Gracias.
Mientras subía para ducharme y cambiarme me entró una gran pena porque, hoy se hace sola el desayuno, pero, dentro de poco, se sacara algún graduado, y si esto no se arregla, puede que me lo pierda todo.
Después de ducharme y de vestirme me fui para la oficina del ministro de defensa, me despedí de todos y me fui.
¡Hola Castro! – me dijo Mikel, el ministro dedefensa.
Hola. – le respondí con una media sonrisa.
¿Qué te trae por aquí?
Tengo que darte esto, - le dije mientras le daba la carta. – me vino el ayer, es del pentágono y me gustaría que lo intentases anular.
No puedo.
¿Cómo?
Lo siento, pero…
¡Pero nada, hace 10 meses que presente mi dimisión, la aceptaron sin problemas, estuve 8 meses en es psicólogo, perdí a mi mejor amigo, me desfigurémedia cara!
Da igual lo que digas, grites o te quejes, el pentágono es un rango más importante que yo y no puedo hacer nada.
Me fui de allí, con una cara que no expresaba nada, aunque mi corazón estaba roto, hecho añicos; al volver a casa, nada más verme la cara Raquel supo lo que había pasado y el destrozo que nos habían hecho. Esos días no hice nada, solo iba al gimnasio para estar en forma, peroni comía, ni dormía, ni nada.
El día que me tocó irme me despedí de todos, de mi familia y de mis amigos y me fui al aeropuerto para coger el avión con destino a Washington D.C., en el aeropuerto me perdí buscando la puerta 8, ya que como ya sabréis, pensaba en todo menos en irme; cuando encontré la puerta me embarqué en el avión con una cara que rozaba el suelo, me senté en la fila 17,...
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