Cacique murachi
Con este nombre se conoce al bravo cacique mocotíe, que habitaba en la sierra merideña, en un lugar de muy difícil acceso cercano al río Chama. El sitio era denominado Murrupuy por los indígenas. Eran indios laboriosos, que producían algodón con el que tejían bellas cobijas y ruanas, que les servían para protegerse de las inclemencias del tiempo. También producían otrasartesanías y se dice que llegaron a poseer minas de oro en Acequías y Aricagua. Enfrentó las tropas de Juan de Maldonado, que fundó Mérida en el año 1559. Su esposa era la princesa Tibisay, hija del cacique de Las Vegas del Mucujún.
Eran adoradores del sol, al cual llamaban Ches. En la medida en que la guerra avanzaba, Murachí se dio cuenta de que la gran belleza de su amada la ponía en peligro y paraprotegerla la envió hacia el interior de su territorio, en el sitio más recóndito y secreto, en compañía de sus guerreros más leales. Sus hombres fueron diezmados y su tierra conquistada por el hombre blanco, pero Murachí nunca se rindió. Murió peleando contra el invasor en el año de gracia de 1560.
LA LEYENDA DEL CACIQUE MURACHÍ Y LA INDIA TIBISAY
Murachí era ágil y valeroso, mas que todoslos indios de la tribu; su brazo era el más fuerte, su flecha la más certera y su plumaje el más vistoso. Cuando les tocaba el caracol en lo alto del cerro, sus compañeros empuñaban las armas y le seguían, dando gritos salvajes seguros de la victoria. Murachí era el primer caudillo de las Sierras Nevadas. Tibisay, su amada, era esbelta como la flexible caña del maíz. De color trigueño, sus ojosgrandes y melancólicos y abundante cabello. Eran para ella los mejores lienzos del Mirripuy, el oro más fino de Aricagua y el plumaje del ave más rara de la montaña.
Ella había aprendido, mejor que sus compañeras los cantos guerreros y las alabanzas del Ches. En los convites y danzas dejaba oír su voz, hora dulce y cadenciosa, hora arrebatada y vehemente, exaltada por la pasión salvaje. Todos laoían en silencio, ni el viento movía las hojas. Tibisay era la princesa de los indios de la sierra, el lirio más hermoso de las vegas del Mucujún. Un día salió espantada de su choza y fue a presentase a Murachí, el amado de su corazón. La comarca estaba en armas: los indios corrían de una parte a otra, preparando las macanas y las flechas emponzoñadas.
"¡Huye, huye, Tibisay!, nosotros vamos acombatir. Los terribles hijos de Zuhe han aparecido ya sobre aquellos animales espantosos, más ligeros que la flecha: mañana será invadido nuestro suelo y arrasadas nuestras siembras. ¡Huye, huye, Tibisay! nosotros vamos a combatir; pero antes ven mi amada y danza al son de los instrumentos, reanima nuestro valor con la melodía de tus cantos y el recuerdo de nuestras hazañas".
La danza empezó en unclaro bosque, triste y monótona, como una fiesta de despedida, a la hora en que el sol, enrojecido hacia el ocaso, esparcía por las verdes cumbres sus últimos reflejos. Pronto brillaron las hogueras en el círculo del campamento y empezaron a despertar con las libaciones del fermentado maíz los corazones abatidos y los ímpetus salvajes. Por todo el bosque resonaban ya los gritos y algazara, cuandoseso de pronto el ruido y enmudecieron todos los labios. Tibisay apareció en medio del circulo, hermosa a la luz fantástica de las hogueras, recogida la manta sobre le brazo, con la mirada dulce y expresivo y el continente altivo. Lanzó tres gritos graves y prolongados, que acompaño con su sonido el fotuto sagrado, y luego extasió a los indios con la magia de su voz.
Oíd el canto de los guerrerosdel Mucujún: "Corre veloz el viento; corre veloz el agua; corre veloz la piedra que cae de la montaña".
"Corred guerreros; volad en contra del enemigo; corred veloces como el viento, como el agua, como la piedra que cae de la montaña".
"Fuerte es el árbol que resiste al viento; fuerte es la roca que resiste al río, fuerte es la nieve de nuestros páramos que resiste al sol".
"Pelead...
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