cadaver

CADAVERES
El Miguel ON

Tortillería Editorial

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la editorial más maciza

CONCHA QUETA (CADAVER EXQUISITO Express)
CONCHA QUETA
(Ephra, Mau y yo)
Pelotón, media vuelta, preparen... sus ojos vendados con un paliacate de bolitas se
veía mojado de sudor, las manos atadas en la espalda con los dedos cruzados casi con
la esperanza de que los fusiles fueran de chocolate y elpelotón se ensuciara las manos
antes de ponerse a graznar como patos perdidos que no saben para donde diablos se
ha ido el sargento y el jurado acusador. Ahora solos, con las manos pegajosas y los
fusiles elevándose al cielo cual globos de colores, piensan que en el pueblo que está
atrás de la lomita seguro los confunden con platillos voladores y todas las mujeres,
que para estas horas de la mañana yamolieron nixtamal y cosieron las tortillas,
saldrían corriendo como conejos aluzados, a la carretera donde un camión con la
silueta oscura de una muchachona leería su nombre en la madera que colgaba de la
defensa posterior: Consuelo, Concepción Enriqueta... "Debe ser una señal del cielo"
pensó Concha y se echó a correr tras el camión haciendo gritos pa´ que se detuviera y
la llevara lejos de esepueblo cochino en el que estaban fusilando a su novio Manolo
dizque por tener dos esposas y no querer a ninguna.
Sólo un milagro me salvará - pensó Manolo, quien no se había percatado de la huída
ilusoria de los fusiles y del zafarrancho que armaban los del pelotón por la
desaparición de su sargento. Los rumores en el pueblo de que al sargento le apodaban
"la concha" hace apenas unos años en supueblo natal, lo perseguían ahora, ahora que
ni su puesto importante ni el bigote bien formado lo salvaban de seguir corriendo
detrás de aquel camión que transportaba marranos al rastro de San Pedrito
Huetzingo.
Los pelos negros y tiesos debajo de la falda traspasaban las tobimedias, dándole la
idea al chofer, don Vicente, de que el bigote era natural y no de atole de chocolate y
agua de ese pa´ nopasarse a brincos el tamal que le servía doña Chole todas las
madrugadas antes de iniciar el diario recorrido por los caminos rurales en que alguna
vez había encontrado sus quereres recogiéndose a Queta en camión, pero ella murió
de tristeza cuando escuchó 14 balazos a lo lejos.
2.- (Ephra, Mau, marko y yo)
El tamal de dulce le causó sendas manchas color ciruela en el cuerpo a la hija de DonVenancio el de la tienda. Ya de por si entre los soldaditos rasos que buscaban rifles de
chocolate por todo el pueblo y la cerrada de la única casa de citas de Don Mau, nadie
sabía que carajos pensar de aquella mujer que vivía en dicha casa, con mujerzuelas
bailando, con algún borracho olor a mezcal, con sabor a ron nostálgico, quizá nadie
sabia que carajos pensar, pero aun así los rasos se metían entrepiernas danzando,
entre senos erizados de tanto frío, en San Pedrito nunca pegaba el sol directamente,
cuatro montañas lo rodeaban como muralla medieval.
15 chamacos correteaban a pesar de la hora, la escuela solo llegaba hasta tercero y
ediciones calientitas

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LE DIERON CHICHARRÓN (CADAVER EXQUISITO Express)
(Alicia, Mau y yo)
Había una vez un niño al que el dedo le olíafeo, como a carne de puerco. Nació en
la parte trasera de la carnicería en la que su mamá aplanaba carne pa? sus marchantes
regulares, mientras el escuincle lloraba por el desvelo que le proporcionaba el
plaplaplap de la carne aplastada por las gruesas manos de su gorda madre.
Un día regresó todo moreteado de la escuela porque los lacras de sus compañeros de
la escuela le habían robado el loncheque le había preparado su padrastro.
A medida que crecía menos le gustaba el chicharrón. Se le hizo costumbre recibir
gustoso las madrizas de los ingenuos compañeros que suponían hacerle un mal
dándole bajilla a la lonchera de los 4 fantásticos llena de tortillas, guacamole y
chicharrón con gordito.
Al padrastro y a la gorda madre les resultaba extraño --después de los primeros tres
años en la...