Cadena de favores
El otro día, mientras me evadía del entorno hostil siestero, decidí entregarme en brazos de la televisión como niña sin zapatos nuevos y la fortuno quiso devolverme el favor enforma de un película lo suficientemente digestiva, como para no sentirme culpable de despilfarrar mi tiempo.
La susodicha era aquella donde un niño, para un trabajo de su clase de EstudiosSociales, elabora un proyecto por el cual debía hacer tres favores a tres personas diferentes, y éstas a su vez, tenían que hacerle el favor a otras tres diferentes, estableciendo así una cadena defavores. Visto con perspectiva, el chaval pretendía mejorar el mundo, inflar de orgullo al maestro y de paso sacar sobresaliente en la asignatura, matando así tres pájaros de un tiro ¡eso sí que es tenerredes de economía mental!
Inesperadamente, incluso para el propio chaval, la cadena funcionó enalzando su figura hasta las televisiones de medio mundo. Parecía un plan sin agujeros, todo elmundo se unía sin importar edad, raza, religión o clase social, para dar cabida a un nuevo concepto de hermanación.
Sin embargo, siempre hay alguien dispuesto a hacer la puñeta y demostrarque no siempre se está por la labor de ser motivado en altas empresas. Así nuestro pequeño héroe pasa a ser un pequeño mártir víctima de su propio idealismo. O víctima quizá de aquella guionistallamada Catherine Ryan Hyde, que en un intento admirable por romper barreras discriminatorias entre las personas, demostró que todos tenemos un buen fondo, sin importar nuestra condición social. Pero comocambiar el mundo en que vivimos en formato celuloide no resulta novedoso aunque, sorprendentemente, funciona, ¿por qué habríamos de cambiarlo? debió de preguntarse la genial guionista. Ante esa locuazperspicacia, y la dificultad de poner el yugo en unas manos ajenas para acabar con aquella especie de mesías, decidió que quien debía ponerle el cascabel al gato fueran otros niños, para evidenciar...
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