Cado Dora- Freud

Material que constituye los elementos clínicos en psicoanálisis.
Insinceridad conciente: el enfermo, por los motivos todavía no superados de la timidez y la vergüenza, o la discreción, se guarda conciente o deliberadamente una parte de lo que conoce y debería contar.
Insinceridad inconciente: un saber amnésico del cual el enfermo dispone en otras oportunidades, no le acude durante el relato,sin que él se proponga guardársela.
Amnesias reales, lagunas de la memoria en las cuales han caído no solo recuerdos antiguos, sino aun muy recientes; además, espejismos del recuerdo (paramnésicas) que se formaron secundariamente para llenar esas lagunas.--- TAL ES EL CASO DE DORA.
El material del psicoanálisis: debemos prestar tanta atención a las condiciones puramente humanas y sociales delos enfermos como a los datos somáticos y a los síntomas patológicos. Por sobre todo, nuestro interés se dirigía a las relaciones familiares de los enfermos.

Diagnóstico dado a Dora: “Petite hystérie” con los más corrientes síntomas somáticos y psíquicos:
1) Disnea
2) Tussis nervosa
3) Afonía
4) Migrañas
5) Desazón
6) Insociabilidad histérica
7) Taedium vitae

Pedido del padre:“procure usted ahora ponerla en buen camino”.
Respuesta de Freud: yo me había propuesto desde hacía mucho suspender mi juicio acerca de las circunstancias reales hasta escuchar también a la otra parte.

Denuncia de Dora: ha sido entregada como objeto de intercambio al Sr K ----“una hija por una mujer”.

Intervención de Freud frente al primer desarrollo de verdad (Lacan)

Dora se adentra en unarequisitoria (interpelación), abriendo un expediente de recuerdos cuyo rigor coincide con la imprecisión biográfica propia de las neurosis. La Sra K y su padre son amantes desde hace tantos años y lo disimulan bajo ficciones a veces ridículas. Pero el colmo es que de este modo ella queda entregada sin defensa a los galanteos del Sr K, ante los cuales su padre hace la vista gorda convirtiéndola asíen un objeto de intercambio de un odioso cambalache. Freud se encuentra colocado frente a la pregunta: “estos hechos estan ahí, proceden de la realidad y no de mi”. ¿Qué quiere usted cambiar de ellos? Respondiendo Freud: mira cual es tu propia parte en el desorden del que te quejas.

- El tratamiento de las representaciones inconcientes:

a) Histeria de defensa: gozaron de salud psíquicahasta el momento en que se presentó a su yo una vivencia, una representación, una sensación que despertó un afecto tan penoso que la persona decidió olvidarla, no confiando en poder solucionar con su yo, mediante un trabajo de pensamiento, la contradicción que esa representación inconciliable le oponía. En personas del sexo femenino, tales representaciones inconciliables nacen las más de las vecessobre el suelo del vivenciar y el sentir sexuales, y las afectadas se acuerdan con toda la precisión deseable de sus empeños defensivos, de su propósito de “ahuyentar” (empujar lejos) la cosa, de no pensar en ella, de sofocarla.
En los pacientes por mi analizados ese “olvido” no se logró, sino que llevó a diversas reacciones patológicas que provocaron la histeria, una representación obsesiva, o unapsicosis alucinatoria.
La tarea que el yo defensor se impone, tratar como “no acontecida” la representación inconciliable, es directamente insoluble para él; una vez que la huella menémica y el efecto adherido a la representación están ahí, ya nos se les puede extirpar.
Por eso equivale a una solución aproximada de esta tarea lograr convertir esta representación intensa en una débil, arrancarleel afecto, la suma de la excitación que sobre ella gravita. En la histeria, el modo de volver inocua la representación inconciliable es trasponer a lo corporal la suma de la excitación, para lo cual yo propondría el nombre de conversión.
La inervación puede ser total o parcial, y sobrevendrá en aquella inervación motriz o sensorial que mantenga nexo, más intimo o más laxo, con la vivencia...