Caifanes
Entrevista a Xavier Velasco
Éste texto bien podría considerarse un expediente secreto. Quien habla es el escritor Xavier Velasco (“Diablo guardián”, 2006 y “Una banda nombrada Caifanes”, 1990). Cuenta, desde su perspectiva, algunas de las razones nunca antes reveladas que provocaron la desaparición de esta banda mexicana de rock en agosto de 1995.
Velasco seconsidera el quinto Caifán por su estrecha relación con la agrupación durante sus años de mayor popularidad. El escritor, siempre más cercano al vocalista, Saúl Hernández, dio esta entrevista en el 2006 y aseguró que jamás volvería a tocar el tema.
El texto nunca fue publicado en ningún medio de comunicación, tal vez por el hartazgo que provocó el tema entre periodistas, fans y los mismos exCaifanes. Ahora Charrocanrolas lo publica a propósito de la presencia de estos dos personajes en la Feria Internacional del Libro (FIL) y porque estamos seguros que abonará datos para entender por qué, una de las bandas más exitosas que ha dado este país, terminó entre disputas y descalificaciones.
Saúl Hernández, ahora la voz de Jaguares, participará este 3 de diciembre, junto con la periodistaLydia Cacho, en la conferencia La creación artística como respuesta a la violencia. Velasco, premio Alfaguara de novela 2003, recorrerá los pasillos de la FIL y los salones de eventos con diversas participaciones durante toda la semana.
Los detalles no contados
Sentado en el stand de su editorial, Xavier Velasco promete que será la única vez que hablará de esto. Se habían cumplido once añosde la separación de Caifanes y sólo hasta ese momento se atreve a recordar. En esos días se ha enterado que Saúl Hernández recuperó el nombre de la banda, que causó el conflicto legal con el guitarrista Alejandro Marcovich.
Xavier comienza a recordar cómo conoció al grupo.
La primera vez que vi a Caifanes quedé deslumbrado, no había visto nada así en México. Después me enteré que gastabansu dinero en renta de equipo, en sonar bien, aparte eran buenos músicos. Sabo un excelente bajista, Alfonso un tipo con mucha pasión, mucha fuerza, eran una banda fuerte, con contradicciones internas fuertes y eso los hacía dar todo arriba del escenario.
Con Saúl, el autor coincidió en su gusto por David Bowie y en su manera de andar de fiesta en fiesta.
Un Viernes Santo, de esos aburridos,un amigo me dice – vámonos a un pueblo a ver una crucifixión o algo, esto está muy aburrido- y terminamos en Chalma. Llegamos al pueblo, traía tal borrachera que me bajé a bailar alrededor de un tapete del carro y dije ‘ya bailé en Chalma, ahora nada más falta el milagro’. De regreso le dije a mi amigo que quería escribir un libro; ¿qué contaría? ‘No sé pero lo quiero escribir, eso me gusta’, dije.Ese fue el milagro de Chalma. Cuando llegué a la conclusión de que lo quería hacer y no era un borrachazo le llamé a Saúl y le dije ‘no sé qué tan biografiables sean ustedes porque la banda es muy joven, pero no me importa, lo quiero hacer, porque si esta banda ‘pega’, todo mundo va a estar interesado en hacer esto, pero ahorita soy el único loco que lo quiere hacerlo, quiero apostar porustedes, vámonos juntos’, le comenté a Saúl.
Después de lanzar su primer disco, Caifanes fue un éxito y con él llegó la idolatría, los fans, que aumentaron con el hit ‘La negra Tomasa’. Saúl Hernández, Alfonso André, Sabo Romo y Diego Herrera se hicieron ‘rockstars’, pero en torno al cantante comenzó una singular mitología.
Sabo le puso a Saúl, “Susan”, su santidad. Le decíamos el AmericanExpress: no salgas sin él. Nos metía gratis a todos lados, llevábamos una relación tan fuerte que él me decía ‘puta’ y yo le decía ‘mierda’. Alrededor de Saúl se fue creando un mito. En Rockotitlán la cantidad de gente que le hablaba era mucha y le decíamos ‘ya terminaste de confesar a la banda para que nos vayamos o qué?’ Él se reía mucho, nunca se la tomó en serio.
Xavier Velasco recuerda que...
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