caldo de pollo
A los once años Ángela sufrió una grave enfermedad que le afectó el sistema
nervioso. No podía caminar y además tenía otras dificultades en sus
movimientos. Los médicos no albergaban esperanzas de que llegara a
recuperarse alguna vez y predijeron que pasaría el resto de sus días en una silla
de ruedas. En su opinión, eran muy pocos, por no decir ninguno, los casosen
que el paciente podía volver a la vida normal. Pero Ángela no se amilanó.
Inmovilizada en su lecho del hospital decía, a quien quisiera oírla, que ella
estaba decidida a volver a caminar algún día.
La trasladaron a un hospital en el área de la Bahía de San Francisco
especializado en rehabilitación, donde echaron mano de todas las terapias que
era posible aplicar en su caso. Los terapeutasestaban fascinados por el espíritu
de lucha de la niña. Le enseñaron una técnica de trabajo que se basa en
imaginar los movimientos; algo que, aunque no obtuviera resultados, le daría al
menos una cierta esperanza, además de ocupar su mente durante las largas
horas que tenía que pasar despierta en la cama. Ángela se esforzaba todo lo que
podía en las sesiones de terapia física, en la piscina y en losejercicios que le
prescribían, pero no menos empeño ponía en cumplir fielmente con las sesiones
de trabajo mental en las que se imaginaba moviéndose, moviéndose...
¡moviéndose!
Un día, mientras ponía todo su empeño en imaginarse que sus piernas
volvían a moverse, creyó que se estaba produciendo un milagro: ¡La cama se
movió! ¡Empezó a moverse por la habitación!
—¡Mirad lo que estoy haciendo!—gritó Angela, entusiasmada—. ¡Mirad,
mirad! ¡Me muevo, me muevo!
En ese momento, en el hospital, todo el mundo también gritaba y corría en
busca de protección. La gente vociferaba, las máquinas y los instrumentos se
caían, los cristales se rompían. ¡Se estaba produciendo un terremoto en San
Francisco! Pero no se lo digáis a Ángela, está convencida de que fue ella quien
lo hizo. Ahora, pocos años después,ha vuelto a la escuela. Camina sola, sin
muletas ni silla de ruedas. Y, por cierto, alguien que es capaz de hacer temblar
la tierra desde San Francisco a Oakland puede superar una enfermedad tan
tonta, ¿no?
Atención, nena, que soy tu amor
Es mejor estar preparado para una oportunidad y no tenerla, que tener una oportunidad
sin estar preparado.
Whitney Young, Jr.
Les Brown y suhermano gemelo fueron adoptados por Mamie Brown, criada y
ayudante de cocina, poco después de su nacimiento en un suburbio miserable
de Miami.
Debido a su hiperactividad y a su jerigonza, tan incesante como
incomprensible, Les recibió clases de educación especial para discapacitados,
tanto en la escuela primaria como en la secundaria. Al graduarse, empezó a
trabajar en las playas de Miami comobarrendero, pero su sueño era llegar a
convertirse en disc jockey.
Todas las noches solía acostarse con una radio pegada a la oreja para
escuchar a los disc jockey locales y vivía tan apasionadamente su vocación que
creó una emisora de radio imaginaria en su diminuta habitación. Un cepillo
para el pelo hacía las veces de micrófono mientras Les presentaba los discos a
su auditorio de fantasmas.
Su madre ysu hermano, que podían oírlo a través de las delgadas paredes,
solían gritarle que cerrara la boca y se durmiera de una vez, pero él no les hacía
caso. Estaba envuelto en su propio mundo, viviendo en un sueño.
Un día, Les decidió presentarse en la emisora local de radio aprovechando
la pausa para el almuerzo. Consiguió llegar al despacho del gerente de la
emisora y le contó que quería ser discjockey. El hombre recorrió con los ojos al
desaliñado joven enfundado en su mono de trabajo, con su sombrero de paja en
la mano, y le preguntó si tenía alguna experiencia en la radio. Les respondió
que ninguna.
—Pues me temo que siendo así no podemos ofrecerte nada.
Les le dio las gracias cortésmente y se fue. El director supuso que ésa sería
la primera y última vez que vería al muchacho, pero...
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