Calidad educacional

La lectura mediada de literatura infantil, su impacto en el reconocimiento facial de emociones Resultados preliminares1
Enrique Riquelme Mella y Felipe Munita Jordan Universidad Católica de Temuco
La literatura vinculada a la psicología y la educación ha venido paulatinamente profundizando sobre el impacto de los procesos de desarrollo emocional en la interacción escolar y sus efectos a corto,mediano y largo plazo (Casassus, 2007). En este marco, el estudio del desarrollo de las competencias sociales y emocionales se ha convertido en un foco de intervención reciente, por ejemplo, los programas implementados por Catrinel (2008), Webster-Stratton (1999) o Amatruda (2006), han evidenciado avances significativos en distintas dimensiones (comprensión lectora, interacción social del niño/a,entre otras), a través del reconocimiento y la integración paulatina de la dimensión afectiva en los procesos académicos. Sin embargo, las exigencias en nuestras aulas se han centrado –fundamentalmente- en dar respuesta a la adquisición de conocimientos, en un proceso centrado en habilidades cognitivas; este proceso es reforzado en la formación de formadores, en cuyos currículos postergamossistemáticamente una visión global del niño y de su vida afectiva. Esta situación forma parte de una tradición en el proceso de enseñanza-aprendizaje, tradición que fue “respaldada” por el quehacer científico de la psicología de principios del siglo pasado, en la que se enfatizó la exclusión de aquellas dinámicas que podrían llevar a la pérdida del control cognitivo, desplazando sistemáticamente losprocesos emocionales de la vida escolar y de los procesos de enseñanza-aprendizaje (Riquelme & Munita, en prensa). Esta división emoción/cognición, refleja la visión de algunas escuelas filosóficas que consideraban la emoción como un factor a excluir del aula (Prado, 2006; Salovey, Bedell, Detweiler & Mayer, 2000). En este marco histórico, la reconsideración del mundo emocional en el aula avanzalentamente y con muchas dificultades; La crisis del pensamiento moderno (Maturana & Varela, 1984; Berman, 2004) y el redescubrimiento de los niños (Delval, 1998) han permitido un paulatino cambio en la consideración del rol de la emoción en el aula, así como en los marcos de enseñanza. Sin embargo, aún se necesita avanzar en particular a través de la integración de procedimientos que permitan yfaciliten el trabajo con las emociones en el aula y en el sistema educativo en general (Casassus, 2007). Desde nuestro punto de vista, lo anterior plantea algunos desafíos: El primero de ellos implica comenzar valorar el desarrollo de la vida afectiva como un proceso central en el aula, cuando tradicionalmente lo emocional ha permanecido al margen; se requiere, por lo tanto, observar los procesosemocionales como aspectos de la experiencia humana que pueden llegar a ser facilitadores de la vida académica y no a la inversa (Saarni, 1999). El segundo desafío señala el reconocimiento de la ecología de los procesos emocionales en el aula. No basta avanzar en el reconocimiento del mundo emocional que emerge en las interacciones en el colegio, si este nuevo mundo es dejado en manos expertas y externas,quienes se hacen cargo, especialmente del “niño/a problema” o el mal alumno. Estos mecanismos de apoyo pueden traer consigo los riesgos de constituirse en un contexto artificial, así como la posibilidad de conducir sus acciones hacia la exclusión (Marchesi, 2004; Riquelme & Munita, en prensa). Los autores agradecen el rol de « lectoras mediadoras » en el programa cuyos resultados preliminares  se presentan en este artículo a Paulina Torres, Pamela Sepúlveda, Carolina Burgos y Mirtha Olave.  

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Actas I Congreso Internacional de Literatura para Niños: Producción, Edición y Circulación | Agosto 2010

El tercer desafío implica desarrollar herramientas y procedimientos que permitan el trabajo con las emociones y responder a la lógica expuesta anteriormente. En este espíritu, se...