calidad educativa

Hacia una educación de calidad integral

“El discurso de la calidad en educación funciona como una ‘práctica discursiva’, al tiempo que contribuye a dar credibilidad y legitimación a las nuevas acciones que declaren retóricamente pretender incrementarla. ‘Calidad’ se convierte… en un término ‘fetiche’ que permite dar un ‘barniz’ de excelencia a las prácticas cobijadas. ‘Calidad’… tiene eldon de la ubicuidad: la podemos colocar ante los más diversos objetos, acciones, o productos; al tiempo que entenderla de múltiples formas (resultados, innovación, valores intrínsecos, satisfacción del cliente, etc.).”
- Antonio Bolívar -

Introducción
Escuchar el término calidad dentro del discurso educativo es, hoy en día, sumamente común. El diseño de los programas y las reformas estáexplícitamente perfilado para alcanzarla; sin embargo, su significado resulta ambiguo tanto desde la perspectiva de su producción (dónde se genera, quién lo transmite, con qué fines, etc.) como desde la de su recepción (quiénes lo reciben, cómo se lo apropian, etc.) y, por lo tanto, ambiguas resultan también las medidas adoptadas para alcanzarla.
En el presente trabajo me propongo hacer una aproximaciónhacia cómo la idea de calidad educativa se ha venido configurando en el imaginario colectivo durante las dos últimas décadas, partiendo de aquello de lo que quienes llevan la batuta en las decisiones sobre el rumbo de la educación proponen como ideas rectoras; apoyándome en algunas herramientas del análisis político del discurso educativo (APDE).
El concepto de discurso se utiliza en muydiversas disciplinas y enfoques, desde la lingüística a la filosofía, pasando por la literatura. Siguiendo esta perspectiva, Laclau y Mouffe (1987) consideran que toda práctica social se encuentra estructurada en un sistema de significación. El discurso es una totalidad relacional de secuencias de significantes. Las relaciones e identidades al interior de un discurso son necesarias, están condicionadaslas unas con las otras. Así, la formación de un discurso es siempre resultado de una serie de articulaciones que modifican y determinan su identidad.
Buenfil (1994) puntualiza que éstas relaciones pueden ser transitorias, no están absolutamente establecidas, se configuran en un marco de temporalidad y en un contexto específico, por lo tanto, los discursos no son sistemas de significaciónabsolutamente cerrados, existen en ellos fisuras que posibilitan nuevas configuraciones a través de articulaciones o antagonismos. La relación hegemónica se establece a partir de una posibilidad de representación concreta del sistema a la que se podría llegar, sin embargo, nunca lo logra de manera absoluta.
Una práctica se convierte en hegemónica cuando logra subvertir las prácticas opositoras quecompiten con ella por la articulación de lo social. Así, se define a la hegemonía como aquel intento de extender un conjunto relativamente unificado de discursos, como el horizonte dominante de lo social, a partir de la articulación de elementos –diferencias no articuladas discursivamente- en momentos parcialmente fijados, en un contexto atravesado por fuerzas antagónicas (Laclau y Mouffe, 1987). Esaquello que predomina, que prevalece.
De esta forma, analizaré las configuraciones discursivas que, sobre calidad en educación, se han enunciado en el ámbito nacional a partir de la década de los noventas, las cuales se encuentran en articulación con las de organismos internacionales como el Banco Mundial y la UNESCO para, finalmente, contrastarlas con una exposición sobre la propuesta pedagógicaemanada de la investigación antroposófica de Rudolf Steiner que, desde mi punto de vista, aborda principios cualitativos fundamentales para lograr el óptimo desarrollo de la persona.

Calidad, la tierra prometida
Yañez (1994) afirma que fue en 1966 cuando se usó por primera vez en la literatura especializada el término de calidad educativa cuando el economista Charles Beevy escribió el...