Cambio Del Rol De La Mujer En Los Últimos Años

CAMBIO DEL ROL DE LA MUJER EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
"Ser madre, mujer, profesional y sobretodo ser humano...." ¿Cuántas de nosotras nos hemos sentido orgullosas de esta increíble habilidad, que nos transforma en una suerte de heroínas del siglo XXI o santas contemporáneas?¿Cuántas no hemos continuado el día como impecables profesionales que cumplen interminables horarios de oficinas, combinados confugaces telefonazos a los hijos para aminorar la culpa de una maternidad postergada?¿Cuántas no hemos empalmado el día como "movilidades ambulantes" recogiendo a los niños de "la casa de la abuela", para finalizar con las tareas escolares, la cena y los deberes de esposa? "SER MADRE, MUJER, PROFESIONAL Y SOBRE TODO SER HUMANO”. Una frase que trae consigo el peso de una sentencia judicial y no unlogro del cual sentirnos orgullosas. Es una sentencia que, más allá de liberaciones femeninas se ha convertido en una pesada herencia de nuestras antecesoras. Aquellas luchadoras, que buscaron con sangre y convicción una supuesta "liberación" que les desatara las cadenas que las relegaba a un mero elemento de casa. Sí, un elemento que se diferenciaba de un mueble o de una planta gracias almajestuoso título de "ama de casa". Un ama de casa, que en verdad no era ama de nada... que tenía que "estirar la mano" a su protector para proveerse de alimentos, vestido, medicinas entre otros gastos; "pedir permiso" para tomar una decisión y sobretodo que tenía que estar dispuesta a todos los requerimientos familiares. Si me traslado mentalmente a aquella época también me hubiera convertido en unaintensa activista contra la opresión machista de ese tiempo, me veo reclamando en marchas pro liberación femenina y hubiera pedido a gritos mi libertad para trabajar a "hombro partido" como los hombres, para tener la misma disposición de dinero que me diera el poder que ellos tenían para discriminar como yo era discriminada. Época en la que nuestras tatarabuelas no podían votar por sus presidentes yautoridades, no podían estudiar para acceder a la riqueza intelectual que les cultivara la mente, no podían participar activamente como miembros valiosos de la sociedad y eran intercambiadas como patrimonio económico de sus padres en onerosos casamientos. Pensándolo de esa forma, yo también hubiera salido a las calles enfurecida para luchar por una libertad que nos diera igualdad de condiciones.Pero, no puedo dejar de lado una obvia pregunta: ¿qué pensarían esas tatarabuelas si vieran la situación actual de aquella liberación femenina por la cual lucharon? Es cierto, ahora tenemos derechos inquebrantables y no faltan ejemplos femeninos de líderes políticas y sociales. Muchas de mujeres son gerentes o incluso dueñas de empresas importantes, muchas se preparan para destacar en el competitivomundo laboral y muchas triunfan en sus esfuerzos por ser líderes frente a un equipo de trabajo.
Pero ¿cuál es el costo-beneficio de tanto esfuerzo por mantener el poder por el que tanto luchamos? Las más suertudas sólo renuncian a horas de sueño y las menos favorecidas, es decir la mayoría, renuncian a derechos propios de su naturaleza femenina. Ya no tienen derecho a llorar como lo habrían hechosus predecesoras porque sería signo de debilidad ante su entorno, no tienen derecho a disfrutar de ser madres porque deben luchar a "hombro partido" con otros hombres "iguales a ella”. Tienen que sacrificar sus recuerdos... muchas no sabrán cuál fue la primera palabra de su pequeño, otras no recordarán el día que dio su primer paso, la gran mayoría no estará con la nena cuando uso el lápiz labialde mamá o jugó con sus esmaltes. Las abuelas o las niñeras se convertirán en las principales figuras maternales para sus niños, y se les romperá el corazón cuando se den cuenta de ello. El agradecimiento que sentían por estas incondicionales personas de apoyo, se convertirá en envidia e irrefrenables celos. Empieza ahí la primera señal de amargura por cargar el pesado encargo de la tatarabuela...