Camilo Torres
François Houtart
Camilo Torres seguirá siendo, para todos aquellos que lo conocieron, un hombre con la sonrisa siempre presente, acogedor y firme en sus convicciones. Su serenidad aparente recubría, de esta manera, a sus luchas interiores, a sus dudas y a sus temores, lo que le brindaba aún más valores y relieve a sus compromisos.Camilo cae en Colombia, como consecuencia de la lógica represiva contra una sociedad que deseaba afirmarse en los movimientos populares que reclamaban el derecho a la existencia, a la dignidad y a la justicia. Aunque su pensamiento conoció vacilaciones y sus compromisos tuvieron diversas etapas, lo que la historia retuvo fue la idea anterior y, por esta razón, Camilo asumió susresponsabilidades hasta el final.
Su muerte puede compararse con la del Che Guevara. Sus existencias fueron paralelas: 1929 – 1966 para Camilo Torres; 1928 – 1967 para el Che. Ambos vivieron en la misma época y en el mismo continente. Ambos murieron en la montaña, uno en Bolivia y el otro en Colombia. Ambos optaron por una vida al servicio de los otros, uno médico, el otro cura. Ambos persiguieron su idealhasta el final y sin desfallecer en sus objetivos. Ambos, finalmente, terminaron en un aparente fracaso, el cual, paradójicamente, les garantizó una propagación de sus ideas que franqueó las puertas del espacio y del tiempo.
Sin ellos, la historia de América Latina no hubiera sido la misma. Sin ellos, la afiliación a los valores de la humanidad hubiera dejado de tener referencias. Sin ellos,la muerte no hubiera desembocado en la esperanza. Algunos solo recuerdan la violencia existente en sus historias. Ahora bien, para aquellos que conocieron sus pensamientos y sus convicciones y que siguieron sus trayectorias, lo que emerge, ante todo, es su profundo humanismo. Ambos lo nutrieron con su proximidad y con su identificación con las desventajas del sistema social, incluso aunque unosostuviera su inspiración en el marxismo humanista y el otro en el cristianismo comprometido. Ambos se opusieron siempre al dogmatismo, viniera de donde viniera.
La muerte del uno y del otro retuvo el aliento de los pueblos de América Latina, y todo sucedió como si se hubiera detenido la historia. Los regímenes militares se establecieron en numerosos países a partir de la mitad de la década de los60, y cuando los ejércitos no tomaron el poder, fue la derecha quien fue lo suficientemente poderosa para garantizar el orden. El desmoronamiento progresivo del modelo desarrollista se aceleró con la influencia del capital internacional. Las insurrecciones populares, que habían suscitado la esperanza, sobre todo en América Latina, fueron aplastadas o eliminadas por la fuerza de la contrainsurgencia y de sus estrategias militares y sicológicas orientadas, financiadas y a menudo enmarcadas por los Estados Unidos. Los restos de la guerrilla se encerraron, a menudo, en lógicas destructoras de su avanzada revolucionaria y del coraje de sus propios miembros.
Fue entonces el momento del triunfo del neoliberalismo y del inicio de una nueva colonización del continente por parte de losorganismos financieros internacionales que se interpusieron. Más eficaces que los militares, los poderes económicos mundializados supieron aliarse con una burguesía principalmente comercial y financiera, para aplicar sus remedios macro económicos de crecimiento. Ello se tradujo en una verdadera hegemonía, porque una parte de las masas populares adquirió la convicción de que el individualismo era la únicapuerta de salida, y que el reino de la libre empresa aseguraría el bienestar de todos. La necesidad de una seguridad, sobre todo monetaria, el rechazo a la violencia y el deseo de vivir en paz y la esperanza de un progreso económico, conllevaron a las clases subalternas a votar mayoritariamente a favor de partidos políticos dirigidos por adversarios de sus reales intereses. Esto lo vimos suceder...
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