Cams

Frederick esta terminando de preparar su desayuno, huevos y café como todos los días desde la muerte de sus padres, llevaba mas de quince años viviendo solo y ni un solo día había pensado como hoy en lo que estaba haciendo con su vida.
Antes de que ellos murieran él era un escritor exitoso, trabajaba con una importante editorial y estaba a punto de casarse con Madeleine, ella era alta yesbelta, sus ojos eran de un hermoso azul intenso y su sonrisa… como describir esa inmaculada sonrisa que producía en Frederick toda clase de sensaciones. La muerte de sus padres trajo consigo una depresión profunda, los primeros días los paso en su casa, no salía, no contestaba y la ultima vez que vio a alguien conocido fue en el entierro, luego de ese día decidió mudarse y dejar su vida atrás, ahoravivía en un viejo loft en Paris, en un cuarto solo en el que de vez en cuando recibía la visita de una rata a la que paradójicamente él llamaba Madeleine pero no por las razón que ustedes pueden llegar a creer, la llamaba así porque era su única compañía así como alguna vez lo había sido la verdadera Madeleine.
Al acabar de desayunar Frederick tomo tres puros de la mesa de noche, se puso el gabánnegro que le había regalado su madre y salió a el café de la esquina a buscar en el periódico un trabajo y después de quince minutos resignarse tomar su libro y leer el resto de la tarde, eso era lo que siempre pasaba, vivía con lo poco que aun le daban las publicaciones de sus libros anteriores
Antes de salir del loft Frederick se cruza con una mujer simplemente hermosa, cabello negro, tan negrocomo la noche, sus ojos eran de un verde intenso y enloquecedor y sus labios tenían la curva perfecta del deseo mas oscuro, su cuerpo era perfecto, senos perfectamente torneados una diminuta cintura y unas interminables y bronceadas piernas fue inevitable para el parar en seco y ver el recorrido de la hermosa dama hasta el elevador
Se sentó en la mesa de siempre en el café y justo cuando iba acomenzar a leer el periódico la imagen de la dama apareció en su mente y no pudo seguir… Pidió a la camarera una hoja y un esfero y comenzó a escribir sobre esta hermosa mujer, comenzó a imaginar la historia la mujer que poseía tal belleza. Escribió toda la tarde la historia tratando de leer ese hermoso rostro, construyendo la historia de la mujer que lo había enamorado con tan solo una miradaEsa noche incluso cuando creyó fielmente que soñaría con la dama de cabello negro fue Madeleine la que apareció en sus sueños, el recuerdo de el día en que la conoció, de esos bellos ojos azules que desde el primer momento lo habían cautivado, pero no era la misma, ella ya no lo quería “Gracias por abandonarme” de le decía una y otra vez entre lagrimas y justo cuando el intentaba abrazarlaMadeleine se desvanecía en sus brazos y la historia se repetía de nuevo , Frederick despertó con un horrible sentir en su alma, era el sentir de un amor abandonado, era el sentir de un remordimiento intenso y de un corazón marchito a causa de la perdida de la felicidad. De nuevo preparo huevos, café, tomo los puros, se puso su gabán y salió.
Justo cuando se había olvidado de la hermosa dama de cabellonegro ella apareció frente a él y con una sonrisa un tanto coqueta paso a su lado. Frederick quedo idiotizado ante semejante belleza y usto antes de perder la razón se dio cuenta que un vecino le hablaba
Señor, esta bien?
Si, si ¿Qué sucede?
No es nada, lo que pasa es que ha quedado paralizado de un momento a otro, creí que algo malo sucedía
No, estoy bien, no se preocupe
Frederick llegode nuevo a el café y sin poder pronunciar palabra comenzó a escribir de nuevo, le apasionaba pensar en como era la vida de la dama, en como había adquirido tal facilidad para desestabilizarlo, mientras escribía se le acerco una bella joven
¿Desea algo más señor?
¿perdón?
Ah, que pena, soy la nueva mesera, mi nombre es Madeleine pero puede llamarme Madie
Un frio recorrió a Fred, luego de...