Cancion De Amor Para Los Hombres Libre
DE LA REVOLUCIÓN POPULAR SANDINISTA
Omar Cabezas
CANCIÓN DE AMOR PARA LOS HOMBRES
Yo tengo como quince o dieciséis años cuando de repente apareció Sandino, muy de mañana, en pleno sol, pintado en la pared frente a mi casa: VIVA SANDINO.
1
Cuando don Leandro Córdoba, el viejo colaborador del general Sandino en la montaña, ala orilla de la cueva me dice que ya no puede irse con nosotros porque no puede otra jornada más, creyendo él que nosotros somos los sandinistas del general Sandino con los que él había andado, y me repite que me va a dar sus hijos y a sus nietos para que se vayan conmigo a la guerrilla, en ese momento yo pienso increíblemente, corno con un hilo telepático directo, en Leonel Rugama, quien fue miprimer responsable en el Frente cuando éramos estudiantes de la Universidad de León. Leonel, del que tanto aprendí y que tanta influencia tuvo en mi formación revolucionaria después que me contactara con el. Fue Juan José Quezada quien me reclutó del Frente Estudiantil Revolucionario, FER, para el Frente en el año 1968. Pienso en Leonel, porque él me había hablado en distintas ocasiones de laexistencia de Sandino, y fue él quien se había empeñado en hacerme creer que el General era cierto. Es Leonel el qué había hecho de que aquellas ideas lejanas que yo tenía sobre Sandino a partir de un rótulo que vi pintado en la pared frente a mi casa aquella vez que salí a las ocho de la mañana para el colegio... Era el rótulo que decía: VIVA SANDINO, que, además, lo asocio como con un resorte mental,con los cuentos de mi abuelita, quien me contaba que a mi abuelo, que se llamaba Isidro Cabezas, lo habían matado los yanquis cuando Intervinieron Nicaragua en 1927 para combatir contra el general Sandino y su Ejército Defensor de la Soberana Nacional.
Mi abuelo era de origen lico. Era un viejito delgado, alto, chele, de bigotes tupidos y con una infaltable 38 en la cintura. Se había venido deCosta Rica para comprar una hacienda en el Norte de Nicaragua; la había trabajado, le iba bien Los yanquis descubrieron que mi abuelo colaboraba con el General, y entonces, un día de tantos, llegaron y rodearon a casa, como a las once de la .mañana. Mi abuelita me contaba todo esto cuando yo tenía ocho años, cuando estábamos todos sentados a la orilla de ella. Era una viejita gorda, baja, blancablanca, rosadita, que se le miraban las venitas rojas en la piel y en la cara, con unos ojos bien azules azules, y el pelo blanco. No tenía un solo pelo negro en la cabeza. Ella nos contaba que habían llegado los yanquis a sacar a mi abuelo de la hacienda y que sacaron a toda la familia, a ella, a mi papá, tanto a los mayores como a los menores, a los mozos y a las cocineras, a todos. Que losmachos habían golpeado a mi abuelito, a mi abuelita y hasta a los perros, porque colaboraban con los bandoleros y que los pusieron en el patio; que a mi abuelito le habían quitado su pistola y lo amarraron a un horcón de la casa, en el lado que da al camino, y le pegaron fuego a la hacienda. Frente a mi abuela y los niños la casa se fue incendiando, hasta que las llamas llegaron donde el viejito, quemurió quemado y retorcido en la hoguera de su propia hacienda, frente a los ojos, los gritos, el llanto y el terror de mi abuela y de todos sus hijos, de las gallinas y de las bestias que rompieron los corrales.
Mi abuela salió de ahí triste, sin nada más que con la charpa de chavalos asidos de la mano, y se fue caminando no sé para dónde. Desconozco el resto del episodio, no sé que habrá pasadodespués con mi abuela, lo cierto es que ella nos contaba esto todos los años, cuando llegaba de Matagalpa a pasar vacaciones con nosotros. Siempre insistía en el cuento de que ella y mi abuelito eran colaboradores de Sandino. Pero bueno, cuando uno es niño, esas imágenes son muy vagas, y a veces incomprensibles. Mi abuelita se murió cuando yo tenía trece años y, claro, ya a esa edad había...
Regístrate para leer el documento completo.