Cancion de la vida profunda
CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA
El hombre es cosa vana, variable y ondeante
Montaigne
Hay días en que somos tan móviles, tanmóviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la gloria nos sonríe.
La vida es clara, undívaga y abierta como un mar.
Yhay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
elalma está brotando florestas de ilusión.
Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...
-¡niñez en el crepúsculo!, ¡lagunas de zafir!-
queun verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír.
Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,como la entraña oscura de oscuro pedernal:
la noche nos sorprende con sus profusas lámparas,
en rútilas monedas tasando el Bien y el Mal.
Y haydías en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano la carne la mujer:
tras un ceñir de talle y acariciar un seno,
la redondez deun fruto nos vuelve a estremecer.
Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noche lúgubres el llanto del pinar.
El alma gimeentonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.
Mas hay también ¡oh Tierra! un día... un día... un día
en que levamosanclas para jamás volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables.
¡Un día en que ya nadie nos puede retener!
Poemas intemporales, 1943
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