canciones
Una tarde de primavera estaba el abuelo trabajando en la huerta cuando vio llegar un coche que anunciaba:¡Esta noche habrá fiesta en la plaza del pueblo!
¡Venid todos a bailar con los mejores músicos del país!
— ¿Has oído, Manuela? ¡Esta noche tenemos baile!
—Sí, Manuel; pero yo no voy. Ya no soy unaniña para andar de fiesta en fiesta.
El abuelo no dijo nada.
Miró al sol, que estaba a punto de esconderse en el horizonte, y se agachó a por una margarita que crecía entre la hierba.
Después se fue adonde estaba la abuela, le dio la flor y dijo:
—Pero tú eres muy bonita, Manuela. ¡Eres tan bonita como el sol!
La abuela sonrió y fue a mirarse al espejo.
—Eso no es verdad. Yo soy fea como unagallina sin plumas –dijo ella, prendiéndose la margarita en el pelo.
— ¡No digas eso, mujer! Tú eres bonita como el sol.
¡Y haz el favor de apurar, que tenemos que ir a bailar!
La abuela fue al bañoy, de una bolsa, sacó un lápiz.
— ¿Qué vas a hacer con ese lápiz? –preguntó el abuelo.
—Voy a pintarme los ojos, que los tengo tristes como una noche sin luna.
— ¡No digas eso, mujer! Tú eres tanbonita como el sol, con tus ojos tristes como las estrellas de la noche.
¡Y haz el favor de apurar, que tenemos que ir a bailar!
La abuela sonrió y sacó un pincel.
— ¿Qué vas a hacer con esepincel?
—Voy a pintarme las pestañas, que las tengo cortas como las patas de una mosca.
— ¡No digas eso, mujer! Tú eres tan bonita como el sol, con tus ojos tristes como las estrellas de la noche y tuspestañas cortas como hierba recién segada.
¡Y haz el favor de apurar, que tenemos que ir a bailar!
La abuela volvió a sonreír y, de la estantería, sacó un bote.
— ¿Qué vas a hacer con ese bote?
—Voya ponerme crema en la piel, que la tengo arrugada como un higo seco.
— ¡No digas eso, mujer! Tú eres tan bonita como el sol, con tus ojos tristes como las estrellas de la noche, tus pestañas...
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