Canek
Ya se habían acostado los de la casa cuando Canek, de puntitas, temeroso, vino a buscar al niño Guy. Le abrazó; y con su
delantal le limpió los ojos.
26
Canek acostó al niño Guy y le cubrió con una manta de algodón.
—¿Quieres un poco de leche? —le dijo.
—No. Hasta mañana —contestó el niño Guy.
Al poco rato Canek volvió con un vaso de leche recién ordeñada. Guy labebió; y, con el dorso de la mano, se limpió el
hocico. En seguida preguntó:
—¿No tuviste miedo, ahí en el corral?
—Ha salido la luna, niño. Duérmete.
27
Desde la ventana de su casa el niño Guy habla con los chicos
de la hacienda que han venido a verle. Guy les cuenta algo
que tiene a todos con la boca abierta. Les dice así:
—Entonces mi papá, al ver que los lagartos se salían del río
yque aquellos indios no podían huir porque estaban amarrados a unos árboles, abandonó su caballo y avanzó. No llevaba
armas; ni siquiera un machete. Los indios empezaron a gritar,
desesperados. Iban a morir. Ya se oían sobre las piedras las pisadas de los lagartos. En un instante mi papá se trepó a un cocotero. Arrancó un coco y lo tiró al lagarto que estaba más
cerca. Este quedó aturdido. Luegotiró otro contra el lagarto
que le seguía. Luego otro contra el que estaba detrás. Luego
otro; luego otro. Los lagartos se revolcaban en su sangre. Estaban ciegos y se atropellaban y caían. Los indios se habían
salvado. Entonces mi papá bajó de la mata de coco y desató a
los indios.
Pero en ese momento, la tía Charo asomando la cabeza por
el postigo, preguntó:—¿De dónde has sacado tantasmentiras?
Canek contestó:
—No son mentiras, señora, todavía se ven en aquel lugar
las huellas de los lagartos que murieron.
28
Guy recibe la visita de uno de sus hermanos. Es mayor que él,
se llama Gonzalo y viste como un señorito. Es lo que se llama
un niño bueno. Cuando por descuido llega a hacer algo malo,
él mismo se acusa; y si la tía Charo le regaña, llora como debe
llorar: compungidoy humilde. Llora sin hacer ruido, tapándose la cara con las manos o metiendo la cabeza en el rincón
de la sala, cuando se considera que ha llorado bastante, la tía
Charo lo llama, le da unas palmaditas en el hombro y le dice:
—Ya, ya; basta, vete y que no se repita.
O bien:
—Anda, toma, cómprate dulces.
Sólo Guy sabe que estas escenas se repiten cada vez que su
hermano, el señoritoGonzalo, quiere comprar dulces.
29
También recibe la visita de su hermana Carmen. Carmen es
una niña dulce. Soporta, sin quejarse, el mal carácter de la tía
Charo. Todo lo resuelve con dos palabras; para todo contesta:
—Sí, tía.
No quiere mal a Guy; aunque sabe que no son fáciles de
sobrellevar sus ocurrencias. De unas se ríe y de otras se muestra
apesadumbrada. Entonces parece que dice:
—Asíserá.
O bien:
—Tú lo dices.
Un día preguntó a Guy:
—Dime, ¿cómo era mamá?
Guy le respondió:
—Tú sabes que no te lo puedo explicar.
Canek 4142 Literatura
Pero luego, de pronto, añadió:
—Mira, cuando llores por algo, procura mirar a través de tus
lágrimas. Estoy seguro de que ahí está mamá; ahí la podrás ver.
Carmen le dijo, después:
—Entonces, ¿por eso lloras tú?
30
Hoy es el primer díade la feria del Santo Cristo de las Ampollas. Con solemnidad entra el gremio de alarifes. Se han suspendido los trabajos de albañilería. Ningún maestro albañil y
ningún peón de albañil trabajará hoy. En lo alto de las construcciones han puesto cruces adornadas con ramas.
Toda la chiquillería se reúne en el atrio de la Parroquia. Ahí
queman fuegos artificiales; ahí gritan y corren. Sobre todocorren. Ahora, más que nunca, porque acaba de salir de la casa
del señor sacristán un toro de fuego. Viene loco y echa luces
como un demonio. Le relumbran los ojos; le estallan los cuernos; se le encienden las patas y se le eriza de chispas la cola.
¡Qué cola la suya, larga, larga como de cometa! Guy y Canek
miran la fiesta desde la azotea de la casa.
31
El niño Guy se ha visto en el espejo...
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