Canela
Sin Texto
William Ospina
El País de la Canela
La otra orilla
www.librcrianorma.com
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Ospina, William, ¡954-
El País de la Canela / W i l l i am Ospina. — Bogotá:
Grupo Editorial Norma, 2008.
376 p . ; 23 cm. — (La otra orilla)
ISBN978-958-45-1511-7
1. Novela colombiana I . T í t . I I . Serie.
C0863.6 cd 21 ed.
A1185125
CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Angel Arango
© 2008, W i l l i am Ospina
© 2008, de la presente edición en castellano para todo
el mundo de habla hispana
Editorial Norma, S. A., para La otra, orilla
Primera edición: octubre de 2008
Ilustración de la cubierta: Theodor De Bry, cordialmentecedida
por la Biblioteca Nacional de Colombia
Cubierta: Patricia Martínez Linares
Armada: Blanca Villalba Palacios
Impreso por Quebecor W o r l d Bogotá S A.
Impreso en Colombia - Printed in Colombia
ISBN 978-958-4J-1511-7
CC 26072167
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta,
puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna
ni por ningúnmedio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico,
de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.
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FERNANDO DENIS
Sin Texto
En Flandes, en 1547, Teofrastus me lo explicó todo. "Nos
dieron la diversidad del mundo", me dijo, "pero nosotros
sólo queremos el oro. Tú encontraste un tesoro, una selva
infinita, y sentiste infinita decepción, porque querías que
esaselva de miles de apariencias tuviera una sola apariencia,
que todo en ella no fuera más que leñosos troncos de
canela de Arabia. Anda, dile al designio que hizo brotar
miríadas de bestias que tú no quieres ver más que tigres.
Dile al artífice de los metales que sólo estás interesado en
la plata. Dile al demiurgo que inventó las criaturas que
el hombre sólo quiere que sobreviva el hombre. Ve ydile al
paciente alfarero que modela sin tregua millones de seres
que tú sólo quisieras ver un rostro, un solo rostro humano
para siempre. Y dile al incansable y celeste dibujante de
árboles que sólo te interesa que un árbol exista. Es eso lo
que hacemos desde cuando surgió la voluntad. Apretar en
el puño una polvareda de estrellas para tratar de condensarla
en un sol irradiante. Reducir ala arcilla las estatuas
de todos los dioses para alzar de su masa un dios único,
desgarrado de contradicciones, atravesado de paradojas y
por ello lastrado de imposibles".
I I
Sin Texto
1 .
La primera ciudad que recuerdo
Sin Texto
La primera ciudad que recuerdo vino a mí por los
mares en un barco. Era la descripción que nos hizo mi
padre en su carta de la capital del imperio de losincas.
Yo tenía doce años cuando Amaney, mi nodriza india,
me entregó aquella carta, y en ella el trazado de una
ciudad de leyenda que mi imaginación enriqueció de
detalles, recostada en las cumbres de la cordillera, tejída
de piedras gigantes que la ceñían con triple muralla y
que estaban forradas con láminas de oro. Tan pesados
y enormes eran los bloques que parecía imposible que
alguienhubiera podido llevarlos a lo alto, y estaban encajados
con tanta precisión que insinuaban trabajo de
dioses y no de humanos ínfimos. Las letras de mi padre,
pequeñas, uniformes, sobresaltadas a veces por grandes
trazos solemnes, me hicieron percibir la firmeza de los
muros, nichos que resonaban como cavernas, fortalezas
estriadas de escalinatas siguiendo los dibujos de la montaña.
No sé si esalectura fue entonces la prueba de las
ciudades que había sido capaz de construir una raza:
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al menos fue la prueba de las ciudades que es capaz de
imaginar un niño.
Era una honda ciudad vecina de las nubes en la concavidad
de un valle entre montañas, y la habitaban millares
de nativos del reino vestidos de colores: túnicas azules
bajo mantas muy finas de rosa y granate, bordadas con...
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