Cantar de Mio Cid

Comentario del Cantar del Mío Cid.

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El comienzo del primer cantar es dramático. El héroe, Rodrigo Díaz de Vivar, es un vasallo del rey de Castilla, Alfonso VI. Al inicio de la lectura debe ir a Sevilla para cobrar el tributo que el rey de la ciudad debía de pagar al rey Don Alfonso, como vasallo suyo.
Cuando el Cid descubre que el monarca de Granada planea cernirse sobre lastierras del vasallo y estos hacen caso omiso de las advertencias de retirada, reúne un ejército para expulsarlos de las tierras que no les pertenecían.
Tras volver de Sevilla de cobrar el tributo que el rey de la ciudad, Almutamiz, debía de pagar al rey Don Alfonso, el rey tuvo noticia de lo sucedido en el lugar.
El rey se declaró satisfecho de su conducta, y ésta fue la causa de que le salieranrecelosos, que conseguirían poner al monarca en su contra.
El Cid recibe la noticia del destierro por carta, en nueve días debe de abandonar el reino. En este corto periodo de tiempo se tendrá que despedir de su mujer y sus dos hijas, y marchar con aquellos vasallos que decidirán seguirle.
Sus Primeras palabras son una oración a Dios: “Grado a ti, señor padre, que estás en lo alto! Esto enlazacon el teocentrismo medieval puesto que el orden social de la época vincula la vida y la voluntad humana hacia la fe religiosa.
Hacia el deseo de Dios, quien es considerado el creador del universo y quien rige las leyes que la ciencia no explica. Otorga más importancia a la vida espiritual tras la muerte, que a la vida terrenal.
El Cid encarna las virtudes y el espíritu emprendedor castellanoen su relación hacia su mujer e hijas, la última vez que las ve, pide a un viejo amigo, el abad Don Sancho, que cubra todas sus necesidades y a cambio de lo que gaste en ellas, él cuadruplicará el valor en donación al monasterio.
El papel desempeñado por doña Jimena y las hijas del Cid a lo largo del cantar influye en las actuaciones del héroe. En cuanto está a su alcance se reencuentra conellas de nuevo, aquello que necesitaba desde que fue desterrado.
Valora sus enemigos como un igual, no utiliza el enfrentamiento como primera opción, siempre está la posibilidad del diálogo. Sin embargo, cuando la situación lo requiere, es un caballero táctico, que no se dejará vender en batalla.
Su comportamiento con sus hombres, los vasallos que lo siguen tras el destierro es admirable. A pesarde haber sido desterrado, y que el rey hubiera amenazado a todo aquel que se dignase a prestarle ayuda, se encuentra con muchas manos amigas y otros, que aunque desconocidos para él, se ofrecen también.
Al marchar de las tierras de Castilla, es seguido por un centenar de vasallos de este territorio. El Cid, promete a todos ellos que recibirán el doble de lo que perdieron como recompensa por lafidelidad, puesto que el Cid Campeador, es un hombre justo.
Rodrigo se mantiene fiel y leal al rey, nada más comenzar su destierro, el Cid inicia sus actividades guerreras para conseguir botín para mantener a su hueste y hechos gloriosos de armas para restaurar su honra y lograr el perdón del rey.
A pesar de tener que alejarse de Castilla, no se rebela contra su señor, sigue siendo su vasallo.Comienza por el territorio dirigido por el rey Tamín, quien envía un ejército de tres mil hombres a defender sus tierras. Tras una dura batalla en la que el ejército morisco perdió mil trescientos hombres inició la retirada de los que quedaban.
Su brazo derecho en la batalla, Minaya Álvar Fáñez, es el encargado de entregar la primera ofrenda al rey Alfonso. Recupera así sus privilegios y los detodos los que marcharon con el Cid, a excepción de los de este mismo. Vuelve de Castilla con noticias de los familiares de todos los desterrados y con cien hombres más que el rey permite que salgan.
Después de esto, y junto las conquistas de Castejón, Ateca, Terrer, Calatayud, Alcocer, Alcañiz, Rodrigo Díaz de Vivar se encuentra cada vez más cerca del perdón del monarca.
El Cid repite el mismo...