Cantar del mio cid

Cantar de Mío Cid

Cantar primero

Destierro del Cid

El Rey Alfonso envía al Cid para cobrar las parias del rey moro de Sevilla. Este es atacado por el conde castellano García Ordóñez.

El Cid, amparado al moro vasallo del rey de Castilla, vence a García Ordóñez y le prende afrentosamente.

El Cid torna a Castilla con las parias, pero sus enemigos le indisponen con el rey. Estedestierra al Cid.

Por sus ojos mío Cid va tristemente llorando; volvía a atrás la cabeza y se quedaba mirándolos.

Miro las puertas abiertas, los postigos sin candados, las alcándaras vacías, sin pellizones ni mantos, sin los halcones de caza ni los azores mudados.

Ya aguijaban los caballos, ya les soltaban las riendas.
Cuando de Vivar salieron, vivieron la corneja diestra, y cuando entraron enBurgos, la vieron a la siniestra.

Mío Cid Rodrigo Díaz en Burgos, la villa, entro; hasta sesenta pendones llevaba el Campeador.

Todas las bocas honradas decían esta razón:
“¡Oh Dios, y que buen vasallo, si tuviese buen señor!”

El Campeador, se dirigió a su posada; asi que llego a la puerta, la encontro cerrada; por temor al rey Alfonso acordaron el cerrarla, tal que si no la rompiesen,no se abriria por nada.

Los que van con mío Cid con grandes voces llamaban, mas los que dentro vivian no respondían la palabra.

Una niña de nueve años frente a Mío Cid se para:
“Cid Campeador, que en buen hora ceñisteis la espada, sabed que el rey lo ha vedado, anoche llego su carta con severas prevenciones y fuertemente sellada”.

Junto a Burgos, esa villa, en el arenal acampa; mandacolocar la tienda y luego ahí descabalga.

El buen Martín Antolinez, burgales mas cumplido, el mío Cid y a los suyos les provee de pan y vino: no lo compro, porque era de cuanto llevo consigo; así de todo condumio bien lo subo abastecido. Hablo entonces mío Cid, el que en buena siño espada:”¡martin andoniles, vos que tenéis ardida lanza, si yo vivo e de doblarlos, mientras pueda, la soldada!”.Raquel y vidas, los dos juntos estaban entrabos ocupados en contar cuanto llevaban ganado. Diego Martín andoniles y así les dijo, calmado:”¿cómo estáis Raquel y vidas, mis buenos amigos caros?

El secreto ahora quisiera a los dos juntos hablaros”.

Raquel a mío Cid toma la mano para besarla. “¡o campeador, tu que señiste en buen ora espada!”entonces Raquel y vidas entre si los dos sehablaron:”debemos darle algún don, que el negocio el a buscado.

Mío Cid y sus vasallos cabalgaban a toda prisa.

La cara de su caballo vuelve hacia santa Maria, alza su mano derecha y la cara se santigua:”¡ati lo agradezco, dios, que el cielo y la tierra guías; qué me valgan tus auxilios, gloriosa santa Maria!”

Don Martín retorna Burgos, y mío Cid se marcho a san pedro de cardeña, apretado elespalon, con los demás caballeros que le sirven a su favor.

Cuando a la puerta llamaron de la nueva se enteraron;¡dios,y que alegre se puso aquel buen avat don sancho!.
“¡merced vos pedimos, Cid, el de la barba crecida! heme ahora ante vos, y conmigo vuestras hijas, de tampoca edad las dos y tan niñas todavía, y con nosotras las damas por las que somos servidas.

Grabde comida le hacen al buen Cidcampeador.

Tañen todas las campanas en san pedro a gran clamor, por toda castilla va extendiéndose el pregón:¿cómo se va de la tierra mío Cid campeador?.

Cuando supo mío Cid el Vivar cual crece su compañía de guerreros masimas, cabalgando muy de prisa, a recibirlos se va; volvio a sonreír el Cid cuando ante su vista están; todos llegan y las manos del Cid se van a besar.

A dormir sé hechomío Cid cuando la noche llego; sueño tan dulce le vino cuando enseguidasse durmió. El arcángel san Gabriel se le apareció en visión y le dijo:”cabalgat, oh buen Cid campeador”.

Cuando se despertó el Cid la cara se santiguo.

Se persignaba la cara y a dios se fue a encomendar; muy contento reencuentra del sueño que fue a soñar.
“Los moros ya están en paz y ya selladas las cartas; a...